Lamentablemente para América del Sur, no todo es alegría y fútbol. Según el último informe publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas en Comercio y Desarrollo (UNCTAD), esta región sufrió un descenso del 6% en las inversiones extranjeras directas (IED) con respecto al año pasado. El país más afectado fue Chile, el cual dejó de pertenecer al distinguido grupo de las 10 economías más atractivas para invertir.
El informe de 228 páginas señala que las inversiones extranjeras directas aumentaron un 9% a nivel mundial en 2013, y se prevé que las inversiones alcancen un incremento del 10% en el correr de este año, especialmente en los países desarrollados (hoy receptores del 54% de los flujos de capital).
Los riesgos que corren los pronósticos optimistas, asegura la investigación, principalmente están dados por la inestabilidad regional e incertidumbre política.
América Latina, por su parte, está lejos de alcanzar a Asia, que figura hoy como la región que más capital recibe a nivel global. Asia recibe el 30% de la inversión privada mundial y un total de US$426 mil millones, comparados con los apenas US$292 mil millones de América Latina y el Caribe juntos.
Chile, expulsado del top 10
La caída en los flujos de inversión hacia Chile le significó salir del selecto grupo de las 10 economías con mayor atracción de IED a nivel global, pasando del lugar número 10 en 2012 a la posición 17 en 2013.
La caída en el ranking de las economías que reciben y atraen más inversiones a nivel mundial significó una disminución en el flujo de inversiones de un 29% para el país gobernado por la socialista Michelle Bachelet.
“La IED en Chile se redujo en 29% a US$20 mil millones, debido principalmente a la disminución de los flujos de la industria minera, que había representado más de la mitad del total de las inversiones directas a este país entre 2006-2012”, dice el informe.
Peter Hill, presidente de la Cámara de Comercio de Santiago, manifestó en el diario La Tercera: “Todo indica que los mismos factores que están afectando internamente a la inversión en nuestra economía son válidos para los flujos que llegan desde el exterior”.
En esta misma sintonía, Argentina manifestó una baja del 25% y Perú sufrió al retroceder 17%. Si bien Perú con esta reducción de inversiones directas recibió solo US$10 mil millones, fue más que lo que le tocó a la República Bolivariana de Venezuela, que recibió un golpe de los inversores al percibir solamente US$7 mil millones, comparados con los US$17 mil millones que contó Colombia (gracias a su industria eléctrica y bancaria).
América Central y el Caribe: Una perspectiva global favorable
Puede leerse del documento que las inversiones a América Central y al Caribe aumentaron en un 64% (unos US$49 mil millones) gracias a una mega-adquisición en México: La compra de Grupo Modelo por parte de la cervecera belga AB InBev, transacción valuada en US$18 mil millones.
Detrás del país liderado por Enrique Peña Nieto, Panamá fue el segundo que más inversiones recibió el año pasado. Su flujo de inversiones aumentó considerablemente (un 61%) básicamente por la expansión del Canal de Panamá y del Metro de la ciudad capital.
Costa Rica, Nicaragua y Guatemala: Leves aumentos
Los ticos contaron con un 14% más de inversiones que el año anterior debido a un aumento de las compras de inmuebles por parte de no residentes. Por su parte, Guatemala y Nicaragua, que venían experimentando subas considerables durante años anteriores, en 2013 vio solo un aumento de 5%, enfocado en lo bancario y en las zonas de libre comercio.
Sudamérica, el más desfavorecido
A diferencia de los tres años anteriores, cuando el crecimiento de la inversión directa era impulsado por Sudamérica, en 2013 las inversiones hacia este sector de la región disminuyeron un 6% a US$133 mil millones. Las causas de esto pueden encontrarse en una baja de los precios del metal que desalentaron inversiones en la industria minera.
Brasil, país que recibe la mayor cantidad de inversiones de esta región del mundo, sufrió una leve disminución del 2% de su flujo de inversiones, con un total de US$64 mil millones. Se mantuvo dentro de los niveles gracias al sector automotriz y la industria electrónica, pues ambos generaron subidas de hasta 120%.
“Los flujos hacia el sector primario se dispararon en un 86% a US$17 mil millones, impulsado principalmente por la industria extractiva de petróleo y gas (hasta 144% a US$11 mil millones), mientras que los flujos a los sectores manufacturero y de servicios se redujeron en 17% y 14%, respectivamente”, indica el informe.