English“Permitiendo a cada hombre perseguir su propio interés, a su manera, bajo la noción liberal de la igualdad, la libertad y la justicia”, decía Adam Smith. Pero, ¿las palabras libertad, igualdad y justicia significan hoy lo mismo que a finales del siglo XIX? Daniel Klein, profesor de economía de la George Mason University, lanzó ayer en conjunto con el Instituto Adam Smith el sitio web Lenguaje perdido, Liberalismo perdido (Lost Language, Lost Liberalism o 4L) para abordar el alcance de los cambios semánticos de estos conceptos en relación con el declive en la popularidad del liberalismo clásico.
4L busca desentrañar el camino de la transformación que sufrió el discurso occidental especialmente entre 1880 y 1940. Desde el análisis de la evolución semántica de palabras claves como “liberal” (hoy en América del Norte este término alude a un “progresista”), “equidad”, “justicia” y “libertad”, el sitio web analiza con cuadros comparativos y evolutivos cómo el término fue modificando su sentido a lo largo de los años y en qué períodos se utilizaron con mayor frecuencia esas palabras. Por ejemplo, la palabra democracia—explica 4L—evolucionó hasta tener las miles de facetas que tiene ahora, pero tuvo su pico en menciones alrededor de 1945.
Los términos derechos, igualdad, propiedad, o contratos, acuñados a finales del siglo XIX, guardaban el significado del arco clásico del liberalismo. Sin embargo, con el tiempo, su significado mutó hacia nociones colectivistas que favorecen un mayor rol del Estado, particularmente en cuanto a los asuntos sociales.
Según la investigación, el cambio fue impulsado principalmente por las nuevas generaciones que comenzaron a utilizar las viejas palabras pero con un nuevo capital simbólico.
Asimismo, la iniciativa describe que hubo autores colectivistas que le fueron “robando” el significado original a estos términos. Mientras algunos hacían alarde de esta innovación, otros rechazaron estas mutaciones semánticas. En el sitio web puede verse el debate de estas batallas lingüísticas.
“En Estados Unidos, la corriente principal de la cultura política —representada por, entre otras, las escuelas infantiles, colegios y universidades, otras instituciones gubernamentales, así como la mayor parte de los grandes medios de comunicación— no encuentra tracción en ideas y argumentos más profundos. Metafóricamente hablando, son cómplices de una gran traición que se remonta más de 100 años. Lo que se ha traicionado es, como decía Smith, ‘el plan liberal de la igualdad, la libertad y la justicia’”, cita el sitio en su introducción.
Ricardo Avelar, politólogo de la Universidad Francisco Marroquín, sostiene que “la batalla semántica es importantísima para quienes creemos en la libertad. Hay principios tan profundos y su contenido es vaciado cuando se prostituyen estas palabras.” Para Avelar, “los gobiernos populistas hablan de libertades, cuando realmente son ellos quienes quieren administrar para qué es libre un ciudadano”.
Libertad y justicia, dos de los términos redefinidos por los colectivistas
El sentido clásico de la palabra libertad, según describen en 4L, es el hecho de que otros no interfieran en tu vida (la libertad como contracara de la justicia) comprendida desde el punto de vista de un concepto de propiedad atomista e individualista. Por el contrario, en el sentido actual puede entenderse como una política estatal activa, o como los derechos establecidos por el gobierno (las “libertades civiles”).
“Obviamente, un individuo no va a entender el valor profundo de la libertad si cuando se la han vendido se la vendieron mal, limitada, sujeta al capricho de un político”, concluye Avelar.
Lo mismo sucede con justicia. La palabra original estaba relacionada con la abstención de violar la propiedad de otras personas mientras que hoy, dada su evolución, se condice con el término de justicia social con un sentido distributivo, cercano a la noción de la propiedad colectiva.
La batalla por recuperar los términos originales
Para Klein hoy estamos todavía atrapados en la turbulencia de estos cambios y debemos recobrar el significado y la cultura del liberalismo original. Para entender donde está parado el liberalismo, la clave está —sostiene el académico— en aproximarnos a las palabras y analizar su evolución semántica.
Mediante una profunda investigación de la situación actual, el docente invita a todos los defensores del liberalismo clásico a comenzar con la difusión del conocimiento de los significados originales para luego convertirlo en temas de discusión.
“Las personas deciden cómo se usa la semántica en la práctica. Tenemos que abordar a la gente y decirle: ¿Usted ha pensado en la semántica que usted practica cuando habla o escribe? Una vez que despertemos a la gente, van a poder ver la importancia de la semántica y empezar a pensar en ello”, le comentó Klein a PanAm Post.
Según explica el académico en sus reflexiones, hoy los conceptos de libertad y justicia son gran tabú en la arena socialista y colectivista, pero a pesar del sabotaje del que son víctimas diariamente, les es muy difícil socavar del todo el concepto original.
“Nuestra cultura no ha arrancado del todo los principios de la libertad; nuestra civilización no es una masa amorfa sin espinas. Pero es realmente una verdadera pena lo que se ha debilitado la espina dorsal de la civilización liberal, que ha sido fracturada y abusada”, concluyó.