EnglishHasta el martes, el Gobierno argentino había gastado el 97% de los recursos disponibles para todo el 2014 en subsidios para el sector energético. Utilizó AR$40 mil millones (US$3.213 millones) de los AR$42.285 millones (US$3.396 millones) y agotó una partida extra de AR$7.000 millones (US$562 millones) autorizados hace tres semanas por el programa “Formulación y ejecución de la política de energía eléctrica”.
Tras 14 años de tarifas congeladas y a pesar de los subsidios, las distribuidoras energéticas pierden millones de pesos por día.
Según informa La Nación, basándose en datos de ejecución presupuestaria del Palacio de Hacienda, el porcentaje del gasto en los subsidios a este sector para esta época del año debieran andar por el 60% del total asignado. En esta sintonía, el exsecretario de Energía y presidente del Instituto Argentino de la Energía, Jorge Lapeña, informó que el aumento de las partidas presupuestarias para la energía tienen un ritmo superior al cien por ciento.
Por su parte, para Daniel Montamat, consultor en materia energética, autor de varios libros sobre esta temática y expresidente del Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), expresó en el diario matutino argentino que mientras que continúe la política de subsidios seguirá creciendo el déficit de las cuentas públicas y por lo tanto crecerá también la emisión monetaria para sostener el financiamiento.
“Ambos son augurios de más inflación y de complicaciones cambiarias si la Argentina sigue sin acceso al crédito internacional, una complicada herencia para una nueva gestión”, indicó Montamat.
El Ministerio de Planeamiento, teniendo en cuenta este panorama, amplió el presupuesto a través de una resolución administrativa firmada por el propio ministro de Economía y por el jefe de Gabinete argentino para destinar unos AR$7.362 millones que fueron a parar en su mayoría a la empresa CAMMESA.
Para la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), los subsidios en energía en este país se concentraron en su mayoría en dos empresas distribuidoras: CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A.) y en ENARSA (Empresa Energía Argentina S.A.).
Estas compañías se encargan de recibir y administrar los recursos provenientes del Estado nacional y además son las responsables de la compra de gas importado para el abastecimiento del mercado interno.
El ministro de Economía Axel Kicillof había justificado en febrero pasado la existencia de los subsidios energéticos: “Lo que estamos implementando desde el Gobierno es una política de crecimiento y distribución del ingreso. Porque hay muchas diferencias a lo largo del país”.
Iván Cachanosky, analista económico del think-tank argentino Libertad y Progreso, no se sorprendió por esta noticia.
“Según el último informe de subsidios publicado en abril por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera (ASAP), ya se había destinado el 48% del presupuesto para todo el sector energético. La empresa CAMMESA, que es la más subsidiada, ya alcanzaba el 65% de su presupuesto, y aún quedando ocho meses por recorrer. Con lo cual, que en julio se esté alcanzando casi la totalidad de lo presupuestado, no era del todo inesperado —a pesar del refuerzo realizado”.
Según datos de ASAP de 2013, el total del gasto público utilizado en materia de subsidios (incluidos los sociales, al transporte, a la energía, Aerolíneas Argentina, etc.) fue de AR$134 mil millones (US$10.300 millones).
¿Qué pasará ahora?
Para el analista, el gobierno podría decidir aumentar nuevamente el presupuesto del gasto público en subsidios, pero si toma esta decisión tendría que buscar financiamiento por medio de la emisión, lo cual agravaría el problema de la inflación (que este año podría acercarse al 44%).
“Por otro lado, podría optar por liberar un poco más las tarifas de los subsidios, pero con la desventaja de que políticamente para el oficialismo no es lo conveniente debido a su discurso. Por supuesto, la idea es ir liberando las tarifas poco a poco ya que se encuentran artificialmente bajas, y volver a ser rentables para que haya inversiones locales y evitar las importaciones caras”, explica Cachanosky.
El Fondo Monetario Internacional, a través de su jefa de Estudios Regionales del Departamento del Hemisferio Sur Dora Iakova, había sugerido en mayo pasado a Argentina recortar el gasto en subsidios a la energía por ser “muy costoso y distorsionar la actividad económica”.