EnglishEn el segundo día de investigación por la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, ni la fiscal Viviana Fein ni las pruebas hasta ahora encontradas revelan, al menos públicamente, cómo ocurrió el fallecimiento del funcionario judicial. Miles de argentinos salieron a la calle, autoconvocados, para exigir el rápido esclarecimiento del caso.
Mientras tanto, la Presidente Cristina Kirchner publicó una carta en su cuenta de Facebook, apoyando la teoría del suicidio; y sostuvo la idea de que, con la denuncia de Nisman contra ella y el canciller Hector Timerman, se está intentando “desviar, mentir, tapar, confundir”.
PanAm Post conversó con el periodista político del diario La Nación de Argentina Mariano Obarrio, para intentar ofrecer luces sobre cómo se sienten los miles de argentinos que salieron el lunes en la noche a la calle, a pedir Justicia.
¿Cómo le explica a alguien que no vive en Argentina lo que este hecho representó para la sociedad?
Es la muerte de un fiscal que había acusado unos días antes a la presidente Kirchner y a otros funcionarios de encubrir el peor atentado en la historia de Argentina. Y encubrirlo en una supuesta complicidad con el gobierno de Irán.
Lo que pasa es que nadie sabe hasta ahora qué significado tiene esa muerte.
Se habla de la hipótesis del suicidio, y otras hipótesis de cualquier tipo. Nadie tiene en claro qué es lo que pasa. Ahora lo que hay es mucho estupor, mucha confusión y todo tipo de hipótesis.
¿Cómo va a repercutir la muerte del fiscal en el mapa político en el corto y mediano plazo?
Va a depender de cómo se resuelva el caso. Si el caso es un suicidio convencional, quedarán, seguramente, conclusiones de análisis, y continuará la investigación por vías naturales con un nuevo fiscal; tanto en el atentado de la AMIA como del supuesto encubrimiento por parte del Gobierno.
Si el caso, por el contrario, deriva en un suicidio inducido o en un homicidio, según surja de la actuación de la justicia, seguramente las repercusiones serán mucho mas dolorosas en términos de más aislamiento político, más crispación política y una presión social para que haya un rápido esclarecimiento del tema.
¿Cree que esto sienta un precedente para el poder Judicial en Argentina respecto a investigar temas que involucran a la presidente?
Sí, sin duda. Y esto se relaciona con la pregunta anterior: depende de cómo se resuelva el caso. Si esto es un suicidio, es una decisión personal; entra en el ámbito psicológico y no político. Si estamos hablando de un suicidio inducido o un homicidio, entonces seguramente sentará un precedente, porque futuras investigaciones que tengan que ver con corrupción política y que involucren a altos funcionarios del Gobierno deberán tener muchísima más protección judicial y otro tipo de tratamiento. La ley del arrepentido, y otros instrumentos legales se necesitarían para que se le den las máximas garantías a los testigos que puedan llegar a aportar información, como a los funcionarios judiciales (fiscales y jueces) que tengan en sus manos investigaciones sensibles.
¿Por qué piensa que muchos argentinos descreen de la teoría del suicidio?
Yo creo que lo que dice usted es efectivamente cierto. La sociedad tiende a pensar mayoritariamente que pudo haber sido un homicidio. Habrá que ver qué dice la Justicia.
En cuanto a por qué se produce eso, yo creo que es por la falta de credibilidad que tiene el poder político en su conjunto y la Justicia. Hemos vivido años de impunidad, años en que las renuncias judiciales nunca tienen ningún tipo de conclusión positiva. Hay causas judiciales que duran años y que por lo general se tapan, se vuelven a foja cero, se apelan, se pinchan… Entonces nadie va preso; no hay condenas, no hay castigos, y, entonces, la gente tiende a no creer en nada.
En ese escepticismo que existe, entra este [El caso de Nisman] como otro caso de impunidad. Han querido acallarlo por que él tenía cosas importantes para denunciar y alguien que se vio afectado pudo haberlo ordenado a asesinar. La hipótesis y la línea de pensamiento que hace el ciudadano común va en ese sentido. Es un acto reflejo que tiene el ciudadano por la impunidad que ha habido en todos estos años en todos los casos de corrupción.