EnglishEn medio de las negociaciones que están llevando adelante Estados Unidos y Cuba en La Habana, con el objetivo de normalizar las relaciones entre ambos países, Rosa María Payá, disidente cubana e hija del activista político Oswaldo Payá, presuntamente asesinado, consideró que es necesaria la participación de los ciudadanos cubanos para terminar con el régimen totalitario de los hermanos Castro. En la actualidad, los derechos humanos son “un permiso, un privilegio, que el Gobierno te puede otorgar o negar”, dijo.
Payá se refirió así este viernes 23 de enero durante un panel organizado por la Fundación Heritage en Washington DC, en el que también participaron Roger Noriega, ex secretario de Estado adjunto para los Asuntos del Hemisferio Occidental; y Frank Calzón, director ejecutivo del Centro para una Cuba Libre.
Los tres panelistas coincidieron en afirmar que las nuevas políticas del Gobierno del presidente estadounidense Barack Obama hacia Cuba no van a garantizarles mayores libertades a los cubanos que viven en la isla.
La normalización de las relaciones entre EE.UU y Cuba
En su segundo día de reuniones para restablecer una comunicación fluida entre ambos países, después del llamado a la reconciliación diplomática el pasado 17 de diciembre, los funcionarios de ambos países coincidieron en describir a la reunión en La Habana como “constructiva”. A pesar del anuncio, aún no establecieron una fecha concreta para la apertura de sus respectivas sedes diplomáticas.
Una de las cuestiones más ríspidas fue la situación de los derechos humanos en la isla, señaló Roberta Jacobson, responsable de América Latina del Departamento de Estado de Estados Unidos.
“Chile tuvo un plebiscito que contó con todo el apoyo internacional. Nosotros, los cubanos, no merecemos menos que eso”
Payá remarcó el hecho de que este Gobierno cubano no fue electo por el pueblo y dijo, irónicamente, que Estados Unidos “está intentando normalizar la situación con un país que no es normal” porque se violan derechos humanos a diario, sentenció.
“Mi propuesta para el Gobierno de Estados Unidos es que apoyen la demanda de un plebiscito para tener elecciones libres con el reconocimiento de partidos políticos y libertad de prensa para los medios de comunicación”, solicitó Payá.
En este sentido, la disidente cubana comparó la situación de Cuba con la de la dictadura de Augusto Pinochet, en Chile. “Chile tuvo un plebiscito que contó con todo el apoyo internacional. Nosotros, los cubanos, no merecemos menos que eso”.
Por su parte, el exfuncionario Roger Noriega mencionó la importancia de entender cómo es la realidad en la isla. Destacó que mientras se estaban llevando a cabo los primeros contactos en secreto para normalizar las relaciones, Cuba aprisionó a 9 mil disidentes.
Para Noriega, la normalización de las relaciones debería “reservarse para el momento cuando Cuba vire hacia un régimen democrático” sino se estaría beneficiando a un régimen que “no le da garantías a sus ciudadanos”.
“Deberían esperar a ver los cambios antes de proponerlos”, declaró Noriega. Además, mencionó que el presidente Obama debería preguntarse cómo se propone mejorar la vida de los cubanos y no —por el contrario— la de los Castro.
Por último, Frank Calzón aseveró que “Obama cayó en la narrativa de los Castro” y que el presidente estadounidense debería tomar en consideración la opinión de los cubanos americanos.
“Se olvida que los cubanos americanos están acá [en Estados Unidos] hace 50 años, pagan impuestos, sirven en el ejército… Se han ganado el derecho de ser parte de la discusión y no ser ignorados en temas tan significativos que los involucran”, indicó Calzón.
“No podemos romper los regímenes totalitarios sólo con diálogos entre las élites”, concluyó Payá sobre el final del panel ante una pregunta del público.
Los Derechos Humanos, una tema que preocupa
En relación a la visita de los funcionarios norteamericanos a la isla, la organización Freedom House, que defiende la democracia y los derechos humanos en el mundo, expresó en un comunicado que los derechos humanos deben ser una prioridad en la agenda de las negociaciones si lo que se quiere es allanar el camino hacia una reforma democrática.
“Freedom House alienta a la señora Jacobson y a su delegación a plantear la preocupación sobre los recientes ataques a los derechos humanos universales, incluida la libertad de expresión, y participar en una conversación significativa con los miembros de la sociedad civil cubana y disidentes, quienes serán fundamentales para equilibrar el discurso mientras se restauren las relaciones diplomáticas”.
Editado por Adam Dubove.