EnglishPara hablar de la disidencia dentro de Cuba, René Gómez Manzano es voz autorizada. Se define lisa y llanamente como “abogado” aunque ya no esta autorizado por el régimen de los Castro a ejercer su profesión dentro de la isla.
A este disidente, nacido en La Habana en 1943, 16 años antes de que comenzara la revolución, PanAm Post llegó por un artículo suyo en el que cita este portal, y asegura que una nota escrita por mí sobre el encuentro de cubanos opositores en Puerto Rico tiene un titulo falso. Decidí contactarlo y preguntarle por qué pensaba eso.
Me respondió amablemente, 24 horas después —en una velocidad inusitada para un residente cubano— accediendo a una cita para la entrevista.
Este abogado y periodista independiente fue preso político y es actualmente miembro del Consejo Coordinador de el —recordemos, ilegal para las autoridades cubanas— partido de Unión Patriótica de Cuba (Unpacu).
¿Por qué afirma que es falso que lo que congregó a la disidencia cubana interna con el exilio cubano en Puerto Rico fue la búsqueda de un plebiscito?
No fue el plebiscito lo que los congregó sino la necesidad que tiene la oposición democrática cubana de llegar a una concertación, de juntarnos. Una vez que nos congregamos, las distintas organizaciones presentaron sus proyectos, pidieron apoyo para ello, y los representantes tomaron acuerdo de apoyar determinados proyectos, entre otros, la idea del plebiscito.
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Yo en lo personal no estoy de acuerdo. No me parece lógico celebrar un plebiscito para ver si la gente quiere celebrar elecciones para, después, celebrar estas elecciones.
Amnistía Internacional lo calificó como un prisionero de conciencia por su tiempo en prisión. ¿Está usted de acuerdo con ese calificativo?
Sí, me parece muy correcto. Esta organización realiza una labor muy positiva en ese sentido, aunque debo reconocer que con algunos hermanos de lucha han sido un poco conservadores a la hora de declararlos prisioneros de conciencia.
El motivo fundamental por el cual se me dio ese calificativo es simplemente por que a mí y a mis hermanos de causa nos enviaron a prisión por tener opiniones discrepantes con las del régimen, y por expresarlas.
En el caso de otras personas que no han alcanzado tanta relevancia mediática o que han sido arrestadas en circunstancias más turbulentas, el régimen tiende a calificar su actuación y enviarlos a prisión por supuestos delitos de carácter común.
El régimen trata de enmascarar esto lo máximo posible. A veces la organización internacional se cuida más de la cuenta y es renuente a reconocer que esas personas son también prisioneros de conciencia, solo que se ha enmascarado su condición.
¿Qué implica ser un disidente cubano?
Yo diría que la inmensa mayoría de la población, más de un 80 por ciento, son disidentes. Pero en su gran mayoría son cripto disidentes. Son personas que ocultan su condición.
A veces uno va en un medio de transporte, la gente manifiesta su descontento con el estado de cosas. Lo cual es muy natural porque la economía aquí es un desastre. Pero son renuentes a manifestar su condición porque la represión es grande y han sido educados por más de medio siglo en que el Gobierno es intocable.
¿La gente es mas propicia a manifestarse contra el Gobierno ahora más que hace 20 años?
Sí. Seguramente.
Me estaba contando un querido amigo de lucha que él hace una especie de encuesta sui generis año por año en Santa Clara, en el interior del país, en donde él se monta en esos carros tirados por caballos en donde van entre 8 y 10 pasajeros. Se sube en alguno donde vea que haya un militar y empieza a decir cosas en contra del Gobierno.
Hace 15 años nadie se solidarizaba con él, las personas lo condenaban, el militar lo detenía. Ahora el militar lo que hace es mirar para afuera y entonces todas las personas comienzan a solidarizarse y a respaldar lo que él esta diciendo.
Los resultados que esto arroja son claros.
Se sabe que usted era crítico del Proyecto Varela. ¿Por qué?
El problema fundamental era que se pedían una serie de cosas que, en realidad, no tenían sentido. Por ejemplo, un referendo para preguntarle a las personas si querían tener derecho a elecciones libres. Yo digo que no hay que preguntarle eso a nadie.
Yo y cualquiera que quiera hacer uso de ese derecho [de ser libre] tiene ese derecho. No hay que preguntarle a nadie si quiere tener ese derecho. Lo tiene por ser persona. Todos nacemos libres.
Para los que plantean incluso la necesidad de que esto esté plasmado en disposiciones legales está ya la Declaración Universal de Derechos Humanos que reconoce y proclama todas esas facultades del ser humano.
¿Cuál fue la conclusión del evento realizado por la disidencia en Puerto Rico?
El evento de Puerto Rico yo lo califico de manera positiva. Estábamos todos congregados, guiados por una idea central y una realidad: la necesidad de que haya una concentración de las fuerzas que se oponen a régimen totalitario, que quieren una Cuba democrática.
Esto era una asignatura pendiente de la oposición cubana. Y esto se logró en Puerto Rico. Los organizadores, los Cubanos Unidos de Puerto Rico, hay que decir que hicieron una tarea excelente. La respuesta fue magnífica. Estamos avanzando y eso es lo fundamental. Se aprobó la declaración de San Juan.
Hubo un clima de cooperación y un clima fraternal. Había una necesidad de juntarse.