Comparto el audio de la entrevista que me realizó la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez en su programa de radio de todos los viernes en la cadena Libertópolis.
En la primera parte del programa conversamos sobre la publicación del reportaje sobre el estado de los hospitales en La Habana, tras mi viaje por la isla a fines de septiembre, en un intento de desmitificar las bondades del sistema de salud para el cubano de a pie.
Narré mi experiencia en un hospital del barrio de San Miguel. Allí cuento que los cubos de basura de la sala tenían, a simple vista, residuos biológicos, que las camas estaban sin sábanas, y con un suero colgante como única tecnología. Además, los carteles de los consultorios estaban escritos a mano y que la espera mínima era de tres horas.
Luego, la conductora me preguntó sobre el episodio que viví en mi departamento al llegar de Cuba el lunes 28 a las 5:30 de la mañana. Todas mis pertenencias estaban revueltas, tiradas en el piso, los cajones de la cocina abiertos y no me faltaba nada de valor. Lo único que se llevaron los delincuentes fue un celular ya bastante antiguo para el mercado de hoy, un Nokia Lumia 720, con contactos, fotos y videos.
El domingo después de la entrevista aquí difundida apareció en mi balcón de mi apartamento otra nota intimidatoria, la segunda en total.
El activista por los derechos humanos, el cubano Orlando Luis Pardo Lazo escribió una carta en solidaridad y aseguró que “quien se meta con los Castro está en peligro físico inmediato”.