EnglishLa policía política de Cuba liberó finalmente a Danilo Maldonado Machado, más conocido como “El Sexto”, luego de casi 10 meses de permanecer detenido sin juicio. El artista graffitero y contestatario fue arrestado en diciembre de 2014, previo a realizar una performance con dos cerdos pintados con las leyendas de Raúl y Fidel.
Acusado por desacato, el artista y activista realizó dos huelgas de hambre, la última luego de ser engañado con su liberación, en agosto de este año.
A consecuencia de este arresto, Amnistía Internacional llamó a su inmediata liberación y lo calificó como un “preso de conciencia”. Por su parte, la Human Rights Foundation le concedió el premio Václav Havel a la disidencia creative 2015.
PanAm Post conversó con su madre, Maria Victoria Machado González, a dos días de la liberación de su hijo. Dijo que ella ya no tiene miedo a “nada ni a nadie”.
¿Cómo está su hijo de salud?
Bueno, él está un poco nervioso. Es normal, es su segundo día de libertad. Está ahora en la embajada revisando el correo, Facebook, todo. Poniendose al día con todos los amigos que han estado preocupados por su liberación y por su salud. Salió por la mañana y aún no ha vuelto.
¿Cómo está usted como madre ahora?
Estoy muy feliz de que él esté en la calle, pero convenciéndome más de lo injusto que ha sido la prisión. Le dieron la libertad sin ningún cargo, sin ninguna multa.
¿Desde diciembre que esperaba ser juzgado?
Desde diciembre, sí. El domingo iba a cumplir los 10 meses en prisión, sin juicio. Un oficial me dijo que mi hijo ya había cumplido con su delito. Yo le pregunté “¿qué delito?”, y no me contestó. Ahora lo soltaron. Ni fiscalía provincial ni municipal, ahora lo soltaron, era pura policía política.
¿Por qué lo mantuvieron detenido?
No me dieron ninguna explicación. Simplemente un oficial me dijo que el arte debía tener un límite.
[adrotate group=”8″]
¿Usted qué piensa de eso?
Yo creo que el arte no conoce límites, o Goya no hubiera pintado La maja desnuda. El oficial no me respondió nada. Lo tuvieron preso ahí porque eso era lo que querían. Para darle un escarmiento, porque ellos no entienden del arte, ni del humor, ni la manera de protestar de los artistas, porque mi hijo jamás ha cogido un arma.
¿Está orgullosa de su hijo?
Sí. Yo estoy orgullosa. No quería ser una perseguida en mi país, no estoy de acuerdo con las ideas de mi hijo, pero al toparme con tantas injusticias, mi familia completa lo apoya.
Nos hemos dado cuenta que todo es una injusticia, que todo es una mentira y que estamos rodeados por ellas. Hay que decir “sí señor, no señor”.
¿Cree que la liberación tiene que ver con que Cuba está en los diarios por las relaciones con Estados Unidos o por la posibilidad de que hayan tropas cubanas en Siria?
Para nada. Pero no fue casualidad que lo soltaron, fue por la presión internacional que ha sido grande. La organización Amnistía Internacional lo declaró “preso de conciencia”.
¿Qué puede hacer la gente en el exterior para ayudar a los presos políticos?
Hacer como hicieron ellos, una campaña grande, que se convierta en una campaña internacional. Danilo incluso ganó un premio en Noruega. La comunidad artística internacional hizo que se reunieran aquí en la casa, cuando lo liberaron, unos 25 o 30 periodistas. Estaban pendientes, se lleno la calle de periodistas. Lo llamaron más de 37 periodistas para saludarlo y pedirle una entrevista.
¿Cómo eran las condiciones de su hijo en prisión?
Las condiciones nunca son buenas en ninguna prisión del mundo, pero en un tercer mundo, como el nuestro, es peor. A Danilo había que llevarle de todo a la prisión. Le ponían una vez al día el agua para que se bañara e hiciera sus necesidades.
Una vez, estuvo en el destacamento 72 horas sin agua. Al protestar, por no tener agua, lo amenazaron a que le darían cinco años de condena. La prisión ha sido dura para él.
¿Sabe si su hijo pedirá asilo en Estados Unidos?
El no ha ido a la embajada. La embajada se comunicó con él. El tiene invitaciones para ir. El tiene cuadros en ese país, estudió en Estados Unidos y tiene muchos amigos allí.
Todavía no sé [sus planes a futuro], porque debía entrevistarse con la embajada, pero está todavía conectado; está como un ave sin rumbo.