EnglishCinco días antes del balotaje en Argentina, y en medio de polémicas designaciones de personal en la administración pública, el Instituto Nacional de la Música (INAMU) anunció el otorgamiento de subsidios nacionales, regionales y vales de producción abierto a todos los músicos, tengan o no experiencia profesional.
El Instituto Nacional de la Música fue creado en octubre de 2012, pero fue apenas este martes 17 de noviembre que anunció el lanzamiento de la “primera convocatoria de discos publicados” para otorgar subsidios a los músicos independientes que cuenten con proyectos, cuyo máster del disco se encuentre finalizado.
Según indica la Resolución 21/2015 los músicos podrán enviar el pedido de subsidio desde el 23 de noviembre hasta el 4 de diciembre. El organismo concederá 50 subsidios nacionales de AR$40 mil (US$2.666), otros 50 subsidios de AR$10 mil (US$666), 150 subsidios por región de AR$10 mil y 240 vales de replicación de discos y 120 vales de impresión de arte de tapa.
Fomento a proyectos musicales
Nueva etapa en la implementación de la Ley de la Música
Info: https://t.co/jr5GDvFXXq pic.twitter.com/NsIcnmRtmH— INAMU Argentina (@INaMuArgentina) November 19, 2015
Es decir, el ente público expresó en su sitio web que su primera experiencia de fomento “beneficiará a 610 proyectos musicales y a más de 3 mil músicos”.
La evaluación y elección de los proyectos artísticos quedará a cargo de un Consejo Regional de Músicos (representantes de los distintos sectores de la actividad musical nacional que cuenten con personería jurídica y gremial), que tendrá un plazo de 15 días corridos para la selección de los beneficiarios. Además, su decisión será irrefutable.
Estos subsidios se inscriben dentro de las tareas que realiza el Instituto Nacional de la Música como parte de su misión de “promover, fomentar y estimular la actividad musical en todo el territorio de la República Argentina”.
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“Las solicitudes de subsidios se harán mediante la presentación de una carpeta en las sedes regionales del INAMU o a través de correo postal. Los vales de producción podrán solicitarse a través de nuestro sitio web, en esta misma página, en el período que dure la convocatoria”, explicó el organismo.
En esta primera convocatoria, los subsidios podrán ser aplicados a: la producción de fonogramas y videogramas (servicios de estudios de grabación, estudios de masterización, diseño de arte de tapa y realización de audiovisuales); música en vivo y difusión (servicios de publicidad); promoción (folletería, afiches, vía pública, gráfica), honorarios de personal técnico y honorarios de músicos; y movilidad (pasajes aéreos y terrestres, alojamientos).
La Unión de Músicos de Avellaneda (UMA) celebró la inciativa: “Esto es lo que defendemos, lo logrado con tanto esfuerzo”.
Por el contrario, Juan Manuel Drangosch, músico, productor y DJ, le expresó a PanAm Post que el Gobierno debería dejar de apuntar subsidios y empezar a dejar importar instrumentos, micrófonos y accesorios, que hoy se encuentran restringidos.
“De esa manera los músicos no tendremos que pagar tres, cuatro veces lo que cuestan en el exterior. Así también se abaratarían los costos en los estudios de grabación y podríamos hacer mejores discos”, sostuvo el músico.
Además, preciso que otra forma de ayudar a los músicos sería dejar de clausurar centros culturales y de pedir “habilitaciones imposibles de cumplir”.
Por su parte, Eliseo Bernr, escritor, había expresado cuando se promulgó la ley que esta legislación pasa “completamente por alto” el hecho el interés del público. Se pregunta: “¿Al público le va a gustar?”
“Estamos haciendo una inversión gigante, ponemos impuestos para financiar una estructura omnipresente, metemos un montón de gente a trabajar en ella, interactuamos con músicos, dueños de salas, de medios de comunicación, de estudios de grabación, producimos conciertos, grabaciones. Pero resulta que dentro de todas esas definiciones no existe la inquietud o la más mínima mención de si va a haber alguien interesado en el producto de todo eso. ¿No es pertinente la pregunta?”, dijo Bernr.
Precisó que la ley no sólo no prevé si a “alguien le va a interesar lo producido”, sino que tampoco demanda saber si a “alguien le interesó” el material producido con el dinero estatal.
“En el primer caso se trata de una especulación o una proyección. En el segundo, de algo medible”, añadió.