EnglishEjercer hoy el periodismo en México es una profesión de alto riesgo. Miguel Ángel Díaz González, de Veracruz, coordinador de área multimedia de Plumas Libres, conversó con PanAm Post sobre las intimidaciones que sufrió en su país; sobre su exilio en Argentina, al que tuvo que recurrir por pedir que se investigara el asesinato de su colega y amigo Rubén Espinosa; y sobre la trama de trágica telenovela de amor y odio entre el Ejército, el poder político y los narcotraficantes.
México debe ser uno de los peores países para ejercer la profesión…
Sí. Incluso peor que en Cuba. En México nos matan.
¿Cómo describiría el problema de la violencia en México?
Es muy complejo. No tiene que ver con cuestiones genéticas o hereditarias. Simplemente la violencia se potencia aquí porque vivimos en una democracia autoritaria. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernó por 75 años en México. Perdió en 2000, cuando ganó la oposición, la derecha, el Partido Acción Nacional (PAN) pero no hizo absolutamente nada de lo que había prometido, como combatir la corrupción. Pactó con el PRI, que seguía manteniendo los principales estados de la República.
Con el PAN, lo que sucedió es que se creó una nueva élite política de millonarios, que aprovecharon el boom del petróleo e hicieron negocios a la sombra del poder. Eso provocó el desencanto de la población y provocó que luego gobernara nuevamente el PRI en 2012, con Enrique Peña Nieto (actual presidente).
Su Gobierno está vapuleado por todos los escándalos de corrupción y por también algunas masacres, que han sido cíclicas en Mexico. Así, la matanza de los 43 normalistas tiene similitud con la matanza de 1968, cuando el ejército del PRI masacró a una movilización estudiantil.
Con los estudiantes de 2014 todo parece indicar que si no está involucrado el Gobierno, por lo menos protegió a quienes lo hicieron, o por omisión está involucrado. El Gobierno ya había dado un carpetazo a las investigaciones aduciendo algunas causas inverosímiles, como que habían sido quemados en un basural a cielo abierto. Interviene la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y echa por tierra la versión oficial del Gobierno diciendo que eso era imposible.
¿Cuál es la versión más creíble de lo que pasó con los 43 estudiantes?
Es la de que el Gobierno está involucrado en la masacre. ¿Cómo? Todavía no se sabe. Pero no dejó que se investigara a los elementos del Ejército mexicano ni ha investigado un quinto camión que utilizaron los estudiantes, que, según la CIDH y periodistas independientes como Anabela Hernández —que ahora se encuentra fuera del país por amenazas— llevaba drogas. Presuntamente los estudiantes no lo sabían, pero la Policía Federal y local y el Ejército sí, e hicieron todo lo posible por recuperar el camión. Por eso los masacran.
Los periodistas nos vemos solos y en medio de dos bandos: el ejército y los narcotraficantes.
Todo parece indicar que la política de Peña Nieto es una política de extermino de voces disidentes, acallar la crítica e inhibir los levantamientos sociales en México. Nos damos cuenta que siguen ahí las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, pero sobre todo a la libertad de expresión.
¿Cómo funciona la red de narcotráfico? ¿Cuál es su relación con el poder político?
Antes el PRI controlaba a los carteles del narcotráfico y les decía: “tu tienes esta ruta y no te vas a salir”. Les pedían un moche (una comisión). Cuando llegó el PAN dejó que los narcos hicieran lo que quisieran, dejó el control y proliferaron más las bandas de narcotráfico. Había más calma antes, con el PRI. Tenían el control de los medios de comunicación.
Con Vicente Fox (Presidente de 2000 a 2006) se protegió a un cartel —entre ellos al Chapo Guzmán— y se combatió a los demás y sobre todo para obedecer a Estados Unidos. Mete inocentes a la cárcel para decir “aquí tenemos los resultados”. Esos juicios se caen porque son chivos expiatorios, a través de torturas se autoinculpan, y ahí surge la matanza de civiles. Hasta la fecha se habla de más de 100 mil personas asesinadas y 26 mil desaparecidos oficialmente, aunque la cifra puede elevarse a más de 200 mil muertos y más de 200 periodistas asesinados.
Estados Unidos pone los consumidores pero México pone el combate y los muertos.
Y todo esto esto se da porque México es un país muy corrupto. Se encuentra el el puesto 115 del índice de Transparencia Internacional, casi en los últimos lugares. La corrupción prácticamente es endémica.
En su caso ¿cómo fue su vida como profesional?
El problema para los periodistas se complica a raíz de esta guerra contra el narcotráfico que emprende Felipe Calderón (2006-2012) sin ninguna estrategia, sin ninguna consulta. Solamente obedeciendo los dictados de Estados Unidos de combatir una guerra pero no combatir el consumo como una estrategia de salud. De repente, los periodistas nos vemos solos y en medio de dos bandos: el ejército y los narcotraficantes. Somos amenazados por parte del ejército y por parte de las fuerzas policiales, pero también somos amenazados por parte de las fuerzas criminales que no quieren que se publiquen cosas.
En México actualmente hay zonas de silencio donde no se informa absolutamente nada.
¿Por qué los periodistas no se defienden usando un alias o no firmando las notas?
Por que atacan al medio, a la sede.
¿Ha habido ataques a las sedes de los medios?
Sí. Es muy común el ataque a las sedes del periódico. En Chihuahua, en Veracruz… Esto ha provocado que los periodistas se autocensuren, que ya no publiquen nada. Los mismos medios dicen que ya no van a publicar nada. Sobre todo en las regiones del país donde están totalmente a la intemperie, porque los mismos Gobiernos solapan o protegen a las bandas de crimen organizado.
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Cuénteme de algún caso que conozca…
El caso de Rubén Espinosa, que fue el último compañero asesinado en Veracruz. El sale de esa ciudad y se va a la ciudad de México, en julio, exiliado por estar hostigado por agentes del Estado. Un mes después de eso lo asesinan. Es un crimen muy planeado.
¿Cuáles son las opciones entonces?
O vivir, ser independiente y hacerte el héroe, o vivir en constante acoso, constante estrés, hostigamiento. Esa no es vida. Debes cambiar tu estilo de vida, no salir por la noche. Si pides custodia te mandan a los mismos policías que te hostigan. O exiliarse en otro estado, donde nadie te conozca.
¿Por qué se exilia?
Yo salgo de mi país porque tras el asesinato de Rubén Espinosa, empieza una persecución policíaca de un grupo de periodistas que nos juntábamos con Rubén. Eramos periodistas y activistas: salíamos a las calles a solicitar a las autoridades el esclarecimiento del asesinato de periodistas. En los últimos cuatro años, han sido asesinados 15 periodistas solo en Veracruz.
A mi me empiezan seguir policías, aparecían en mi oficina, mi periódico digital empieza a ser constantemente visitado por policías uniformados. Se aparecían patrullas a mi lado mientras caminaba. Sabes que están ahí. Presento la denuncia y me acojo a un mecanismo de protección para periodistas y defensores de derechos humanos que consiste en que te den un botón de pánico. Te auxilian en caso de que lo actives.
Inhibe el acoso constante.. Yo sufrí un estrés postraumático.
¿Cuál es el costo del exilio?
Es muy caro. Emocionalmente y monetariamente. No tienes familia, estás solo. Es mejor regresar y seguir haciendo lo que a uno le gusta, que lo hace por pasión. Es utópico pensar que esto puede cambiar pero las revoluciones empiezan por las utopías. Yo pienso que algún día esto tiene que parar.
Veracruz es un tumba gigantesca. Donde quiera encuentras fosas de gente desaparecida.
¿Por qué no salen a la luz?
Por que los partidos políticos y la clase política tiene un pacto de impunidad. Si uno denuncia a otro el otro los denuncia a ellos. Todos tienen negocios ilícitos. La batalla contra le narcotráfico es solo de papel.