La Arquidiócesis Primada de México criticó este domingo las medidas anticorrupción que ha emprendido el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
En el editorial del semanario Desde la Fe, la Iglesia Católica mexicana condenó la parálisis en los tres primeros años del Gobierno actual: “tres años perdidos en los laberintos de las palabras, discusiones y congeladoras, mientras la Secretaría de Función Pública (SFP) fue reducida a simple entidad receptora de trámites y contratista, con un encargado de despacho, aunque con sueldo de Secretario de Estado”.
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El texto destaca:
Tres años convulsos por los escándalos de corrupción, melodramas mediáticos y resistencias por mostrar la cara impávida del ‘yo no fui’; las inercias condujeron a la reinstalación de un Secretario de la Función Pública que sentenció lo predecible, nadie es culpable, todos están exentos de responsabilidad, al fin juez y parte.
Las presiones vienen del exterior a la clase política por acelerar lo que candidatos prometieron a cambio del voto en 2012 y 2015. La sociedad civil echó mano de las reformas legislativas para presentar la iniciativa ciudadana 3de3, y hacer ley lo que debería ser práctica común y corriente del ejercicio público. Al terminar el segundo período del primer año de ejercicio legislativo de la LXIII Legislatura, las cosas parecen evidenciar más resistencias que consensos cuando se busca un sistema anticorrupción a modo. La discusión iría a un período extraordinario, y el primero de los dictámenes del conjunto de leyes a reformar constituye al Fiscal anticorrupción, con beneplácito de los partidos en el Senado, para su nombramiento y designación. Nada escapa a la partidocracia.
La Arquidiócesis consideró que “México está lastimado por los procesos de corrupción a niveles inimaginables. Ya se ha discutido hasta dónde llega y cómo acaba con la economía y credibilidad. Resulta paradójico que, en la democracia, la construcción del sistema anticorrupción se entregue a institutos en el más bajo nivel de confianza ante la percepción ciudadana, en ellos está el éxito o fracaso de este tema el cual, cada día, va involucrando a distintos sectores de la sociedad, entre ellos la Iglesia Católica, en voz de los obispos”.
Precisa que en todos los niveles y sectores es necesario el cambio de actitudes porque “la corrupción es un fenómeno ubicuo (…) Se alza la exigencia para que diputados y senadores legislen para bien de México, no de sus partidos que dan cobijo, protección y fuero. Dejar que la corrupción crezca e infiltre en el sistema democrático repetiría el fracaso de anteriores administraciones y, en el ámbito sobrenatural, será aversión a los mandamientos divinos”.
Fuente: Desde la Fe