El 18 de junio de 2008, México aprobó una reforma penal que buscaba transformar estructuralmente la forma de impartir justicia en el país. Cuestionada en algunos puntos y aplaudida en otros, la reforma estableció un plazo de ocho años para que los Gobiernos y congresos realizaran todos los cambios necesarios para adecuarse a este nuevo esquema.
El plazo terminó el pasado sábado 18 de junio, por lo que el presidente Enrique Peña Nieto dio por concluida oficialmente la etapa de un siglo del sistema inquisitivo, dando paso al nuevo sistema penal acusatorio.
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“Los mexicanos podemos y debemos sentirnos orgullosos por haber hecho realidad la transformación jurídica más trascendente de los últimos 100 años”, sentenció el mandatario mexicano durante el acto simbólico en el que declaró formalmente iniciada la etapa de “consolidación” de ese sistema, que inició operaciones de manera gradual y a partir de este sábado debe operar en todo el país.
El llamado Nuevo Sistema de Justicia Penal tiene como objetivo hacer juicios más transparentes, sencillos y menos costosos, además de respetar derechos humanos que en el viejo sistema inquisitivo quedaban rebasados, como la presunción de inocencia. Entre las novedades del esquema acusatorio están los juicios orales en audiencias públicas, la reparación de daños antes de una sentencia y la posibilidad de purgar penas sin ir a prisión.
Hoy entra en vigor el Nuevo Sistema de Justicia Penal, un paso decisivo para brindar a la sociedad una justicia más cercana y eficaz.
— Enrique Peña Nieto (@EPN) June 18, 2016
Fuente: Sputnik News