English El cálculo de la inflación, “la caída del poder adquisitivo de una unidad monetaria”, no es una tarea fácil. Los régimenes autoritarios también se resisten a reportarlo, y cuando lo hacen, tienden a manipular la información.
Para que los lectores puedan entender cómo hemos llegado a la conclusión de que noviembre ha sido un período de híperinflación en Venezuela —un exceso de 50% de inflación mensual—, déjenme ponerles el método sobre la mesa.
Básicamente, lo tomamos directamente del proyecto Monedas en Problemas (Troubled Currencies) del instituto liberal Cato, dirigido por Steve Hanke (vea dentro de este link la metodología). Hanke “colecciona las tasas de cambio del mercado negro de problemáticas divisas y estima la tasa de inflación explícita de cada país [en estudio]”.
Simplemente, hemos reemplazado los números de la fórmula anual con los números mensuales. La información subyacente es la tasa de cambio del mercado negro entre el bolívar venezolano y el dólar estadounidense que publica DolarToday, y la tasa de inflación de Estados Unidos, proveniente de la Oficina Estadounidense de Estadística Laboral (BLS por sus siglas en inglés) (PDF).
La lógica detrás de la fórmula es que si el dólar estadounidense experimenta un moderado nivel de inflación dentro de un período particular, podemos evaluar el poder adquisitivo de otra divisa al comparar su valor en el mercado negro en el mismo período. Si, por ejemplo, el dólar estadounidense tiene un 20% de inflación en un año, y su tasa de cambio con otra divisa permanece sin cambios en ese tiempo, podemos inferir que esa otra divisa también experimentó el 20% de inflación. Si el dólar estadounidense gana terreno en el mercado negro, podemos inferir que la otra divisa tiene un índice más alto de inflación, y viceversa.
El único supuesto clave aquí es la paridad del poder adquisitivo, que “la tasa de cambio se ajusta de manera que un bien idéntico en dos países tenga el mismo precio cuando lo expresamos en la misma divisa”. Aunque puede haber inconsistencias en esto, es un supuesto válido, dado que los objetos correspondientes son intercambiados en las dos jurisdicciones en cuestión, y hasta contrabandeados en el mercado negro si es necesario.
Una versión destilada de la fórmula suele ir así: (1 + la tasa de inflación mensual en la divisa problemática de un país) = (1 + la tasa de inflación de Estados Unidos) × (1 + el cambio porcentual en la tasa de cambio).
La tasa mensual de Estados Unidos es 0,14%, así como el promedio sobre el último año, de acuerdo con la publicación de noviembre del BLS. (La tasas mensuales variaron de -0,2 a 0,4.)
La variación de la tasa de cambio en Venezuela, entre el primero de noviembre y el primero de diciembre, fue de 55,05%. El valor de cambio de la moneda comenzó en Bs. 102,56 por dólar estadounidense y finalizó en Bs. 159,02.
Esto equivale al 55,27% de la inflación de noviembre, o a un sorprendente 19.633% por año. Sobre esta base, el bolívar venezolano ha excedido el 50%, que por regla general, se define como el umbral de la hiperinflación en un mes.
Uno debería notar que la información no está ajustada a la temporada, y eso debería suavizar las implicaciones de que la tasa se mantendrá así de alta. Al decir esto, Venezuela ha estado rozando la hiperinflación en los últimos años, y excedió la tasa anual de 300% hace un año. La presión hacia el nivel más alto de inflación de la historia ha ido en aumento durante un considerable período de tiempo.
Un elemento de la fórmula que quizá se puede cuestionar es la medida estadounidense de la inflación, cuya tasa actual es mayor que la reportada por la BLS. Desafortunadamente para los poseedores del bolívar venezolano, cualquier nivel mayor de inflación en Estados Unidos solo aumentaría la tasa estimada para Venezuela. De hecho, para que el país suramericano tuviera una tasa en noviembre por debajo del 50%, Estados Unidos tendría que tener una deflación del 3,3%.