EspañolUna docena de activistas por una reforma migratoria descubrieron que no eran bienvenidos en un acto de campaña de Jeb Bush, precandidato presidencial del Partido Republicano de Estados Unidos, en Miami, la tarde del lunes 15 de junio. La policía confrontó a cinco adultos y siete niños, integrantes y partidarios de Jóvenes Soñadores Estadounidenses (JSE), quienes fueron obligados a abandonar el edificio donde se lanzaba a la lucha por la presidencia este precandidato, pese a que tenían entradas para el evento, y algunos habían viajado varias horas para asistir.
El exgobernador de Florida inició este lunes su apuesta presidencial, y la policía acusó a los activistas de haber planificado irrumpir en el evento. En otras palabras, los echaron preventivamente, a pesar de que no portaban pancartas, y mucho menos armas. La mayoría de los integrantes del grupo eran personas mayores, incluyendo un veterano de la Guerra de Vietnam, o tenían entre siete y 16 años.
Daniel Barajas, director ejecutivo de JSE, dice que solo querían escuchar lo que Jeb Bush tenía que decir. Estaba allí con su hijo y su hija, y quería transmitirle las posturas de Bush a los miembros de su comunidad —en particular sobre el tema de las ordenes ejecutivas y las políticas relativas a una amnistía o deportaciones.
“Fue una confrontación de un solo lado. Técnicamente diría que fue un abuso”, dice Barajas. “Estaba hablando con los medios (…) y al instante siguiente me veo (…) rodeado de efectivos de seguridad privada y de la policía”.
La policía le solicitó a Barajas que se retirara para interrogarlo, algo a lo que él se negó, ya que estaban a su cargo los jóvenes que habían asistido al evento. Luego le explicaron la supuesta amenaza de interrumpir el evento, la cual Barajas inmediatamente rechazó, y mostró que era poseedor de un tique de entrada válido.
Pero la defensa de Barajas y sus colegas fue en vano, y los efectivos de seguridad no les dieron otra opción que irse: “Cuando les pregunté si podían explicar (…) quién nos acusó, nos dijeron que no tenían nada que decirnos”.
Sobre si esto fue solo culpa de los subalternos de Bush, Barajas dice que “desafortunadamente, esto recae sobre él, porque es su evento, su nombre está en el volante (…) Si no hubiese querido que ocurriera este tipo de irrupción (…) les hubiese instruido como manejar las cosas de una manera acorde”, señaló.
“La alteración que terminó ocurriendo fue por la seguridad, por la policía (…) Nosotros nunca cometimos una alteración; nunca levantamos nuestras voces. Solo preguntamos ‘¿quién? ¿por qué?'”
Entrevista con Daniel Barajas, director ejecutivo de JSE (6:00)
Barajas además lamentó que este acto haya complicado las relaciones con la policía: “tengo un grupo de niños que recién han visto cómo nos echaban, nos ofendían, con un tono condescendiente (…) por aquellos que se supone que debemos respetar”.
JSE comprende tanto a los “soñadores” indocumentados — aquellos en favor del Dream Act Young y políticas de amnistía como DAPA y DACA — e inmigrantes legales y locales partidarios de una reforma.