La Oficina Federal de Investigación (FBI) espió por 24 años al afamado escritor colombiano Gabriel García Márquez, según revela una serie de documentos desclasificados dados a conocer el 4 de septiembre por el diario estadounidense The Washington Post.
A expresa petición de su longevo director, Edgar J. Hoover, el FBI mantuvo un dossier secreto de García Márquez desde 1961, año en el que arribó a la isla de Manhattan, Nueva York, para trabajar en la agencia cubana de noticias Prensa Latina.
“En el caso de que entre a Estados Unidos por cualquier motivo, el Buró debe ser avisado puntualmente”, avisó Hoover el 8 de febrero de ese año, según indica el Washington Post.
En ese entonces, García Márquez, mejor conocido como “Gabo”, había rentado por un mes un cuarto en el Hotel Webster para su familia por US$200.
Las entradas en el dossier se registran hasta la década de 1980, en donde se acumularon alrededor de 270 páginas de contenido sobre el autor de novelas como Cien años de Soledad (1967), Crónica de una Muerte Anunciada (1981) y El amor en los tiempos del cólera (1985).
Sin embargo, el diario obtuvo tan solo 137 páginas del expediente, mientras que otras 133 páginas permanecen en poder del FBI, por lo que se desconoce el motivo exacto del dossier.
En un principio, el FBI registró erróneamente el primer nombre de García Márquez como José —su segundo nombre en realidad, hecho que sería corregido dos meses después por uno de los nueve agentes asignados a monitorear al escritor.
Las entradas de los informantes describen a García Márquez como un hombre de cara delgada de 5,6 pies (1,65m) con dificultades para hablar inglés, haciendo énfasis en el mostacho del escritor y su vena procubana.
Para Rodrigo García, hijo del escritor, no sorprende el hecho del monitoreo, aunque aseguró que su familia no tenía pistas de que su padre estuviera siendo investigado por el FBI.
“Considerando el hecho de que este colombiano estaba en Nueva York para abrir una agencia de prensa cubana, hubiera sido inusual que no lo espiaran”, dijo García al Washington Post, añadiendo que su padre nunca perteneció a ninguna organización política.
[adrotate group=”8″]
García, cineasta en la ciudad de Los Angeles, recuerda una ocasión entre 1960 y 1961 en la que su padre dijo ser seguido por dos hombres que se comunicaban por medio de silbidos.
García supone que dichas personas pudieron haber sido informantes de la CIA o alguna facción cubana. Pocos meses después, Prensa Latina despediría a “Gabo” por no ser lo suficientemente radical.
“Mi padre era identificado como comunista. En realidad, él habia publicado algunos artículos sobre sus viajes a países socialistas, y fueron de crítica mixta. No se le consideraba un comunista verdadero y perdió el empleo”, asegura el reportaje.
En las décadas siguientes, García Márquez cautivaría al mundo con su realismo mágico y calidad literaria, por las cuales obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1982.
En su círculo de amistades se encuentran líderes mundiales como Bill Clinton en EE.UU. y François Mitterrand en Francia, además del expresidente cubano y líder revolucionario Fidel Castro.
A este último lo describe como “un hombre de costumbres austeras e ilusiones insaciables, con una educación formal a la antigua… e incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal”, según el prólogo del libro Fidel, del periodista italiano Gianni Mina.
La investigación también destaca los favores proveídos por Fidel a “Gabo”, entre ellos una mansión y la fundación de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) en Santiago de los Baños, Cuba.
El escritor, quien falleció el 7 de abril de 2014 en su casa de Ciudad de México a los 87 años, pasa a formar parte una de una lista de escritores monitoreados por Hoover, entre ellos John Steinbeck, Norman Mailer y Ernest Hemingway.