EnglishHonduras espera el anuncio del Tribunal Supremo Electoral con los resultados del re-conteo de votos; sin embargo, hay casi hay una total certeza de que nada del resultado de las elecciones generales va a cambiar. Las piezas se mueven para que un nuevo gobierno pueda dar grandes pasos y diferenciarse así de los anteriores, dejando a la expectativa si será para bien o para mal.
De entrada, se dice que el presidente electo (no oficial todavía), Juan Orlando Hernández del Partido Nacional, estará conformando su gobierno con un gabinete de 10 ministros con cartera, reduciendo el número de los 19 que hay actualmente. Esta iniciativa representa un claro mensaje de confianza para la población, después de que ésta ha sido testigo del crecimiento de la deuda pública y la burocracia; así como del agotamiento del presupuesto nacional en mantener a empleados públicos, que muy poco devuelven al país. Casi 70 centavos de cada Lempira gastada por el gobierno son utilizados para pagar burócratas.
En el Congreso Nacional, el Partido Nacional actualmente tiene 71 diputados de un total de 128; pero con los resultados de las elecciones parlamentarias del pasado noviembre, el partido sólo conservará 49 diputados. Esta difícil situación obliga a Hernández a utilizar la fuerza que su partido todavía tiene y “agilizar” ciertas reformas necesarias para cumplir con sus promesas de campaña. Una vez que el Congreso cambie el 25 de enero próximo, nadie sabe cuánto tiempo tardará para empezar a articular su programa.
Además de esto, se espera que se reforme la manera de operar del Ejecutivo; para que cada presidente que llegue, de ahora en adelante, arme su gabinete de la manera que mejor lo considere para cumplir sus objetivos. Igualmente, deberá reformar la Ley Orgánica del Congreso Nacional, para que pueda trabajar con alianzas y los nuevos partidos.
Con respecto a las reformas laborales, el Programa Nacional de Empleo por Hora se convertirá en permanente. Según datos oficiales, este programa ha permitido que aproximadamente 190 mil personas encontraran su primer trabajo, además de permitir en otros casos un ingreso extra (secundario) para sus familias Aún con el buen resultado que puede traer esto por ahora, es necesario profundizar las reformas laborales para flexibilizar las regulaciones actuales.
Según el Banco Mundial, en Honduras es 1,49 veces más costoso crear un puesto de trabajo en relación al valor agregado que ese trabajo traerá para la economía. Será imperativo que las nuevas regulaciones tengan la simplificación y la creatividad como características principales para que se destrabe la dificultad de crear puestos de trabajo dentro la economía formal. Los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas dicen que el 60% de la población económicamente activa tiene problemas de empleo y casi todo esos hondureños, que son poco menos de dos millones, en su mayoría están forzados a trabajar en el sector informal.
Será necesario que se simplifiquen los procesos para hacer negocios en Honduras; no sólo acortando la burocracia, sino también quitando trabas a las actividades económicas que encarecen cumplir con las regulaciones. Mientras que sea más barato incumplir las reglas, que obedecer la ley y recibir los beneficios a cambio de los impuestos que paguemos; la corrupción, la economía informal y la evasión de impuestos seguirán a la orden del día.
Queda a la expectativa de cómo se conformará la primera Zona de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), que no sólo es una promesa de campaña, sino que lleva tres años en proceso para institucionalizarse. Este proyecto de ciudades autónomas y modelos de libre mercado fueron descritas por la revista Newsweek como el proyecto más innovador que ha salido de América Latina en las últimas tres décadas. Puede ser que Honduras no sea un país reconocido internacionalmente por ser innovador; pero el proyecto de las ZEDEs abre la posibilidad de la creación de las plataformas de gobernabilidad más innovadoras del hemisferio. Mientras que la tecnología avanza a pasos agigantados y a los gobiernos latinos les toma cada vez más tiempo adaptarse a estos cambios; las ZEDES les abre la posibilidad de poder hacerlo.
Otras dos áreas importantes en las que Hernandez deberá cumplir sus promesas, son Seguridad y Educación, las dos áreas que él se enfocó en reformar desde el Congreso. Queda todavía de parte del ente legislativo terminar de institucionalizar la Policía Militar y de aprobar los reglamentos de la ambiciosa Ley Fundamental de Educación.
Con todas estas posibilidades de cambio positivo es necesario recordar la afamada frase “cambiar todo para que todo siga igual”. A veces los cambios borran el camino avanzado por las instituciones; pero, por el carácter institucional tan débil de Honduras, es difícil que esto pase. Estos dos meses que faltan traerán una batería de cambios legislativos, que terminarán de armar el cuadro para el sistema que el nuevo presidente intentará implementar.