La próxima semana Ecuador planea renovar a sus agentes policiales la nueva fase iniciará renovando a 2.400 policías entre 30.000 aspirantes; sin embargo ese país no efectúa los estudios y exámenes necesarios para detectar a funcionarios que se hayan involucrado en delitos.
Especialistas en la materia temen que no se usen los filtros necesarios a la hora de ingresar más policías y que tampoco se haga una depuración efectiva de los funcionarios que se involucran con grupos criminales.
De acuerdo con el editor de la sección de seguridad y justicia del diario local El Comercio, Geovanny Tipanluisa, la cifra oficial de agentes expulsados de la policía es de 738 entre el año 2013 y el 2015.
Todos ellos, acusados por cometer delitos alarmantes como: tráfico de migrantes, posesión ilegal de armas, posesión o ventas de drogas,extorsión, torturas, asesinatos,cohecho, robo, violación, estafa, evasión, falsificación, asociación ilícita, entre otros.
El editor comentó que a pesar de parecer pocos policías “si se toma en cuenta que en el país operan 47.000 gendarmes” es bastante preocupante.
“Resulta inconcebible que quienes están a cargo de la seguridad de toda una población sean perseguidos por la justicia. La Policía tiene la gran responsabilidad de frenar a estos grupos ilegales y está a tiempo” dijo Tipanluisa.
Los postulantes generalmente deben pasar por el polígrafo o pruebas de confianza; sin embargo estos filtros no han dado muy buenos resultados.
De acuerdo a Tipanlusa “en el último trimestre del 2014, Inspectoría General examinó a 3.000 candidatos que aprobaron inicialmente los análisis físicos, médicos y psicológicos. Pero cuando fueron sometidos al detector de mentiras y se les preguntó si participaron en delitos, si son miembros de bandas o si consumen drogas, 1.000 de ellos reprobaron y se vieron obligados a abandonar el proceso”.
A pesar de lo anterior, estudios internacionales de psicología han advertido que ese proceso puede ser burlado, es por ello que se deben hacer evaluaciones constantes a los policías, así poder encontrar los problemas a tiempo y evitar que los agentes se involucren en grupos criminales.
Fuente: El Comercio