El Gobierno de Salvador Sánchez Cerén, presidente de El Salvador, analiza la implementación de “medidas extraordinarias” para contener la ola de homicidios en el país, los cuales son generalmente atribuidos a las pandillas.
El mandatario se mostró convencido de la necesidad de adoptar medidas urgentes y se reunió el lunes por la tarde con la presidencia de la Asamblea Legislativa, la Corte Suprema y la Fiscalía para evaluar el nivel de violencia criminal y analizar medidas pasibles de aplicación para contenerla.
Si bien el presidente salvadoreño sostuvo este lunes que el alza de los homicidios en el país es una percepción de los medios de comunicación, lo cierto es que las estadísticas de la Policía Nacional Civil son irrefutables. Las mismas revelan que entre el 1° de enero y el 7 de marzo de 2016, se han registrado 1.537 asesinatos, lo cual da como resultado un promedio de 24 casos por día. Pero hay más. De hecho, en los primeros 6 días de marzo, las autoridades reportaron un total de 140 homicidios.
La decisión de adoptar nuevas medidas de seguridad emerge a casi una semana del asesinato de 11 trabajadores en la zona rural de San Juan Opico, a 31 kilómetros al oeste de la capital, San Salvador.
Como consecuencia de los crímenes, varios sectores del país se pronunciaron a favor del endurecimiento de medidas y solicitaron al Gobierno que decrete el “estado de emergencia”.
Según se pudo constatar, las órdenes de asesinar a los trabajadores fue dada por pandilleros detenidos en las cárceles de Ciudad Barrios e Izalco. Por los homicidios, las autoridades policiales detuvieron a 82 miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) en San Juan Opico.
En este sentido, Sánchez Cerén se mostró enfático en señalar a los grupos pandilleros como los responsables de la ola de violencia en el país.
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“Nos enfrentamos a bandas criminales que han perdido todo el sentido de un ser humano, y que están actuando con una irracionalidad que ha generado un rechazo en la población” sostuvo.
En su cuenta personal de Twitter, el presidente salvadoreño resaltó que “la estrategia de seguridad está dando resultados positivos, capturas. Los problemas estructurales no se resuelven de la noche a la mañana”. Y señaló que “el Plan Salvador Seguro requiere recursos. La tregua, la mano dura, no fueron correctas. Nuestra estrategia de seguridad es integral”.
El Salvador cerró 2015 con la tasa más alta de homicidios de Centroamérica, superando incluso a países como Guatemala y Honduras. Se calculó que la cifra de asesinatos durante 2015 fue de 6.657 homicidios. Esto implica según previsiones, que El Salvador acumulará el 35,3% de crímenes en la región.
Fuentes: ElSalvador.com, E&N, La Prensa Gráfica