El desarrollo democrático en Latinoamérica se desaceleró este año, de acuerdo al Índice de Desarrollo Democrático de América Latina IDD-Lat 2013, recientemente publicado por la fundación alemana Konrad Adenauer, con la colaboración de la consultora argentina Polilat. Diez de los dieciocho países evaluados tuvieron un descenso en comparación al año anterior.
Bolivia, Nicaragua y Ecuador son los que mejor desempeño tuvieron en relación al 2012. El IDD-Lat se basa en cuatro dimensiones para el análisis de los países: 1. Condiciones básicas de la democracia; 2. Respeto de los derechos políticos y las libertades civiles; 3. Calidad institucional y eficiencia política; y 4. Ejercicio de poder efectivo para gobernar, que incluye las subdimensiones Bienestar y Eficiencia Económica.
El ascenso de Bolivia en el ranking se produce por una mejora en todas las dimensiones, especialmente en aquella que mide la calidad de las instituciones y en la subdimensión social. En el caso de Nicaragua el avance es producto de mejoras en las dimensiones dos y tres, así como en la sudimensión Económica. Mientras, en Ecuador el principal motor del crecimiento es el avance verificado en la Capacidad para generar políticas que aseguren eficiencia económica y bienestar. El único retroceso lo muestra en la dimensión que mide la calidad y eficiencia de las instituciones. El ranking es encabezado por Uruguay, que hasta el año pasado se ubicaba tercero. Este año logró la más alta calificación, 10,000 puntos. Le sigue Costa Rica, que sufrió un leve descenso de 7% y Chile con una caída del 9%. Estos tres países se han mantenido como líderes del IDD-Lat en los últimos 10 años.
Paraguay fue el país con peores resultados en la duodécima edición del Índice de Desarrollo Democrático: cayó un 27 %, ubicándose solo por encima de Guatemala y Venezuela. El informe señala que el descenso se produjo como consecuencia de la crisis institucional que vivió el país durante el año 2012, cuando fue destituido el presidente Fernando Lugo. El país también muestra un fuerte descenso en el ámbito social.
El IDD-Lat clasifica a los países de acuerdo a si su desarrollo es alto, medio, bajo o mínimo. Este año Bolivia, Nicaragua, Ecuador y República Dominicana dieron el salto de la categoría de países con Desarrollo Mínimo a la de países con Bajo Desarrollo, que está conformada también por El Salvador, Colombia y Honduras. Mientras, Paraguay descendió de Bajo Desarrollo a Desarrollo Mínimo. El promedio de Desarrollo Democrático de la región es de 4,868 puntos, un 2% menos que el año pasado.
Entre los logros de Latinoamérica de este año, el informe destaca la participación política de la mujer como un fenómeno dinamizador del proceso político y de la incorporación de nuevos derechos y libertades. Así también, el crecimiento de la participación electoral de los ciudadanos como muestra de renovación de fe en la democracia, pese a todos sus déficits y falencias. Adicionalmente, sostiene que a nivel general se percibe una mejora en las políticas de combate a la corrupción, muchas de ellas derivadas de una ampliación de los esfuerzos de investigación del periodismo independiente. En materia de violencia sobresalen negativamente Brasil, México y Venezuela.
El fuerte descenso de la pobreza en la región a partir de 2003 y el aumento del ingreso per cápita, junto con la reducción de la mortalidad infantil son indicadores que, en promedio, presentan un comportamiento positivo. Sin embargo, en 2013 desciende el ritmo de reducción de la pobreza y de los gastos en salud y educación. Además, se muestra que la región no logra revertir una de sus fallas estructurales: la inequidad en la distribución de la riqueza.
El estudio de la Fundación Konrad Adenauer expone que tras una década de bonanza económica generalizada y sostenida, el crecimiento en América Latina y el Caribe se moderó: la región continúa creciendo pero a una tasa menor. Lo más perjudicial para el desarrollo democrático en América Latina, concluye el informe, son la inequidad, el crimen organizado y el narcotráfico.
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