EnglishEn 2007, los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) –exceptuando a Bolivia– iniciaron los diálogos con la Unión Europea (UE) para la suscripción de un acuerdo comercial en bloque. Sin embargo, ante los desacuerdos en el seno de la CAN y los reparos de Ecuador, a finales de 2008 Colombia y Perú decidieron continuar la negociación de manera bilateral. En junio de 2012, estos dos países suscribieron el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Europa, el cual entró en vigencia este año. Ecuador –que retomó el acercamiento en 2012– aún se encuentra esperando.
El viernes pasado, desde París, el Presidente ecuatoriano Rafael Correa expresó sus esperanzas de concluir el ansiado acuerdo comercial en el primer trimestre del próximo año. El anuncio se realizó luego de que la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo decidió no analizar una por una la extensión del Sistema General de Preferencias Plus (SGP Plus) en el caso de los diez países que afecta la medida, entre ellos Ecuador. Como resultado, este beneficio arancelario se mantendrá en 2014. “Son buenas noticias, estamos muy contentos y reconocidos con la UE”, expresó el mandatario.
Actualmente, el 56% de las exportaciones ecuatorianas a Europa tienen el SGP Plus. La mayoría de estos productos ingresan con arancel cero y un número reducido paga un impuesto más bajo al que se aplicaría si no estuviera vigente la preferencia arancelaria. Dentro de este último grupo está el banano, uno de los principales productos de exportación de Ecuador, cuyo arancel es de EUR 148 por tonelada métrica.
Un acuerdo, no un TLC
El Presidente ecuatoriano ha mostrado en más de una ocasión su rechazo a los TLC, como los que suscribió la UE con Colombia y Perú. De ahí que esta semana, tras el retorno de su última gira presidencial, haya aclarado que se está negociando “un acuerdo comercial y de cooperación con la Unión Europea”. A su juicio, un TLC sería “un suicidio” para un país como Ecuador que carece de política monetaria –la economía de Ecuador está dolarizada. Uno de los puntos que más preocupa a Ecuador es el de las compras públicas, porque la legislación ecuatoriana da prioridad a la producción nacional.
“Nosotros confiamos en el comercio… pero en el comercio para beneficio mutuo…un mal comercio puede quebrar a un país”, explicó Correa. En la actualidad, el mercado europeo es el principal destino de las exportaciones no petroleras de Ecuador, representando el 29,5% del total según datos de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
En 2012 las exportaciones a la UE alcanzaron los US$ 2.445,5 millones, mientras que las importaciones desde Europa sumaron US$ 2.769,5 millones. Principalmente, Ecuador suministra al viejo continente productos agrícolas y de pesca. En tanto que las importaciones procedentes de la UE consisten en productos manufacturados y derivados de petróleo.
¿Ganancia o pérdida?
Un informe de Fedexpor que analiza la importancia de negociar un acuerdo con la UE, señala que si Ecuador logra un acuerdo comercial con el bloque europeo, las importaciones de productos nacionales pueden alcanzar un crecimiento adicional estimado en US$ 327 millones durante los tres primeros años de vigencia del mismo.
En tanto que la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), en su estudio denominado “Integración comercial con la Unión Europea e impactos sobre la pobreza en el Ecuador”, concluye que casi todos los escenarios de un acuerdo comercial conducen a una disminución de la pobreza extrema en las zonas rurales. En contraste, la pobreza extrema podría aumentar en las zonas urbanas.
Francisco Briones, analista de IE Inteligencia Estratégica, cree que el acuerdo con la UE no estará listo en 2014, pues según explica Ecuador está en la etapa preliminar. “Aún falta conformar las comisiones negociadoras y abrir el diálogo con la sociedad civil. Las negociaciones oficiales para el acuerdo con Perú y Colombia tomaron 32 meses y 9 rondas. Luego, la aprobación legal, la revisión individual y la entrada en vigencia requirieron casi 3 años más”. Por eso, sostiene Briones, la UE no está dispuesta a iniciar desde cero las negociaciones con Ecuador sino a partir de lo ya acordado con Colombia y Perú. Pero Ecuador prefiere marcar distancia de esos tratados y debatir sus propias reglas de juego.
“La voluntad política del Gobierno nacional es firmar el acuerdo con Europa (…), pero no a cualquier costo, eso que lo tenga muy claro el pueblo ecuatoriano”, afirmó Correa. Y añadió que “si no nos ponemos de acuerdo en determinadas líneas rojas, que no podemos traspasar, no se firma el acuerdo”. De momento, las negociaciones parecen ir por buen camino.