EspañolLas víctimas del cólera en Haití finalmente fueron oídas por la Justicia el jueves: tuvieron una audiencia en la Corte del Distrito Sur de Nueva York en una gris y lluviosa mañana. Unos 50 observadores oficiales y otras partes interesadas asistieron al debate entre los abogados del Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití (IJDH), de la Oficina del Fiscal General de Estados Unidos, y otros abogados, sobre si el caso seguiría adelante.
El pleito se centra en una epidemia de cólera que se apoderó de Haití tras el devastador terremoto de 2010. En los últimos cuatro años, la epidemia ha afectado a cerca de 700.000 personas y ha matado a 8.500, en un país que no había tenido un caso de cólera en unos 150 años.
La fuente del brote, según varios estudios científicos, sería un campamento de las fuerzas de paz de la ONU a unos 35 kilómetros de Port-au-Prince. Además. han señalado que una tubería de aguas residuales de la instalación se filtraba a un río utilizado como fuente de agua potable en la comunidad.
Beatrice Lindstrom argumentó a favor del IJDH, mientras que Jennifer Ellen Blain lo hizo por Estados Unidos, aunque Blain se aseguró de señalar que EE.UU. no era litigante ni demandante en el caso Georges et al. vs. Naciones Unidas et al. Ambas presentaron alegatos por 15 minutos, mientras que los amigos del tribunal hablaron cada uno durante 10 minutos. Entre estos últimos se encontraban Kertch Conze de las Mujeres Haitianas de Miami y la Asociación de Abogados de Haití; Muneer Ahmad, un profesor de la Escuela de Derecho de Yale y supervisor del proyecto dicha universidad que publicó un informe sobre la epidemia el año pasado; y Mónica Iyer, una abogada de derechos humanos.
Conze, en particular, transmitió en gran medida la motivación del caso, la necesidad de una rendición de cuentas: “Ellos [las víctimas del cólera] no hicieron absolutamente nada malo para merecer esto”.
Pero gran parte de los argumentos durante la audiencia se centró en la convención de 1946 sobre los Privilegios e Inmunidades de las Naciones Unidas, y en concreto en dos secciones. La Sección 2 dice que Naciones Unidas debería gozar de inmunidad a menos que haya renunciado expresamente a ella, mientras que la Sección 29 establece que Naciones Unidas debería establecer mecanismos para resolver conflictos mediante acuerdos en algunos casos.
Lindstrom argumentó que Naciones Unidas no tiene inmunidad legal en este caso porque no ha proporcionado suficiente acceso a resarcimiento para las víctimas de la epidemia de cólera en Haití.
Blain, por su parte, sostuvo que Naciones Unidas debería gozar de inmunidad legal en este caso, y que la convención proporciona un mecanismo para obtener resarcimiento. El artículo 30 establece que, si hay una diferencia de interpretación sobre la convención, los casos pueden ser llevados a la Corte Internacional de Justicia.
Sin embargo, solo los Estados miembros de la ONU pueden presentar casos ante la Corte Internacional de Justicia —no las víctimas que impulsan el caso hoy en día. Blain se negó a decir si Estados Unidos tomaría ese camino.
Blain también dijo que una eventual decisión del caso no sería limitada, pudiendo provocar una oleada de litigios contra Naciones Unidas, que —la abogada afirmó— necesita de inmunidad para hacer su trabajo. Lindstrom negó dicho posibilidad, diciendo en su réplica anterior, que debido a que los hechos del caso eran tan específicos, la decisión necesariamente tendría que tener un alcance limitado.
A lo largo de las argumentaciones, el juez J. Paul Oetken hizo preguntas a cada abogado, presionándolos a aclarar sus puntos, desafiando a sus afirmaciones, y de vez en cuando haciendo reír al público. Los asistentes, también, parecían jugar un papel: de vez en cuando murmuraban en respuesta a las declaraciones de los abogados.
Ahmad, de la Universidad de Yale, proporcionó una perspectiva del derecho internacional y dijo que Naciones Unidas había proveído resarcimientos en casos anteriores en los 32 países a los que la institución había enviado fuerzas de paz. Mientras tanto, Mónica Iyer, quien habló sobre la interpretación europea de la legislación, dijo que tribunales franceses e italianos dictaminaron en el pasado que las agencias de la ONU no puede gozar de inmunidad.
A esto, Blain respondió que en el momento de los casos a los que se refierió Iyer, Francia e Italia no eran signatarios de un convenio que dio inmunidades similares a la de la ONU a agencias internacionales.
El tribunal levantó la sesión cuando el juez anunció que tomaría su decisión más adelante.
Naciones Unidas se ha negado a reconocer alguna responsabilidad legal por el brote de cólera en Haití. Lindstrom dijo que en noviembre de 2012, 5.000 familias habían presentado reclamos a la institución, y por 15 meses no obtuvieron respuesta. En julio de 2013, la ONU comunicó que los reclamos no podían ser aceptados.
Sin embargo, la presión sobre la organización internacional no ha disminuido. Otros dos grupos también han presentado demandas contra Naciones Unidas.
El secretario general Ban Ki-moon visitó Haití este verano y dijo que Naciones Unidas tienen una “responsabilidad moral” con el país. La ONU también ha solicitado unos US$2,2 mil millones para un fondo destinado a la erradicación del cólera, pero consiguió juntar solo una mínima parte. Desde 2010, la incidencia de cólera ha disminuido en un 75% en todo el país.