EnglishEl senador Republicano por Texas, Ted Cruz, ya se ha dado a conocer por sus controversiales propuestas legislativas, por lo que quizás no deba sorprender que el lanzamiento de su campaña por la nominación presidencial comenzara con un terremoto, como los guiones de Alfred Hitchcock; y cabe esperar que la tensión aumente.
Con el ánimo de seducir a su electorado, el senador pidió imaginarse las fronteras “por fin, por fin, por fin seguras”, para poner término a la immigración ilegal. Para Cruz, las fronteras seguras (por cierto, seguras para quién, habría que preguntar) son las fronteras 100% controladas y selladas, por lo que su imaginación le hace trazar la imagen de la frontera del Sur amurallada a lo largo de sus 2,000 millas con una valla doble, patrullada por numerosos guardias fronterizos, equipada con instalaciones de vigilancia, sobrevolada por drones y naves tripuladas, etc.
Los costos de los grandes proyectos políticos, como este, suelen ser enormes e inflamados, pero, parafraseando la opinión de la semana pasada de Shikha Dalmia, los costos de “los planes estúpidos” son, sin dudas, aún más desmesurados.
En complemento a la opinión de Dalmia, quien hace cálculo de los gastos gubernamentales de proporciones astronómicas, quiero apuntar a lo que se encuentra al otro lado del gasto en cuestión, es decir los cuantiosos ingresos de las empresas contratistas.
La efectividad del muro fronterizo sigue siendo cuestionable y el aumento de los gastos en el marco de la “seguridad fronteriza” aparentemente no se traduce en la disminución de la immigración, lo cual a lo largo del funcionamiento del muro, ha sido constatado también por instancias del Gobierno Federal como la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes.
De la misma manera, la Iniciativa de la Frontera Segura (Secure Border Initiative Network – SBI-net) fue suspendida en 2011, después de seis años de funcionamiento y debido a su ineficiencia y altos costos asociados; mientras que otro de los muchos ejemplos de las iniciativas costosas pero inútiles ha sido la fallida integración del sistema de los radares con el significativo nombre de “Vader”. Los ejemplos abundan.
A pesar de ello, la idea de la frontera amurallada sigue siendo la principal herramienta en contra la immigración ilegal. La fuerza simbólica e ilusoria de la seguridad que brinda la imagen del muro cada vez más reforzado sigue siendo sorpresivamente válida. Los proyectos del cierre de la frontera del Sur terminan y vuelven a surgir una otra vez, implicando siempre el aumento de los gastos fiscales. ¿Por qué, si el muro ha demostrado ya no ser la mejor de las soluciones?
La maquina del reforzamiento fronterizo ya está en curso, y con una velocidad difícil de frenar. El muro va a seguir creciendo fuera de sus proporciones
Hay una razón muy potente. Por un lado, tenemos los costos que el Gobierno está dispuesto a asumir y cobrar a los contribuyentes en nombre de la seguridad y la mejora de la situación económica interna; por el otro, existen aquellos que van a absorber dichos costos, en forma de ganancias formidables. Los gastos gubernamentales se traducen en los ingresos de los que van a levantar, reforzar y sellar la frontara con el muro.
Las empresas subcontratadas y ganadoras de las licitaciones son las que más deben alucinar con el escalofriante plan de Cruz de hacer la frontera impermeable.
El negocio privado (y de los privados ligados a lo político) detrás del muro es enorme, e inversamente proporcional a la desesperación de los que anhelan cruzar la frontera a toda costa. Púes imagínense lo que implica la generación del “control operacional de 100%”.
Esta fantasía del senador tejano es perturbadora, pero ya se ha ganado los votos de las grandes industrias ligadas a los productos y servicios de la defensa y seguridad, desde los productores del acero, del alambre de púas y de los uniformes de guardias, hasta los gigantes como Boeing, Lockheed Martin, Northrop y General Dynamics, para mencionar solo a unos pocos.
Por todo el involucramiento de los negocios y cabilderos en el proyecto de amurallamiento en curso, y el flujo enorme y siempre creciente de los recursos financieros, no podemos esperar que el ímpetu del amurallamiento amaine. La maquina del reforzamiento fronterizo ya está en curso, y con una velocidad difícil de frenar. El muro va a seguir creciendo fuera de sus proporciones, porque los intereses económicos y políticos involucrados son poderosos y muy comprometidos.
El foco se desplaza, entonces, desde el muro en contra de la immigración ilegal, hacia el muro como proyecto de gran inversión y de arquitectura de seguridad a largo plazo. Basta echar el vistazo a lo que representa y ofrece la la feria de seguridad fronteriza Border Security Expo: desde cactus con cámaras ocultas hasta todos los demás dispositivos, que superan los límites de la imaginación; los mismos que intenta, a su vez, superar el senador Cruz.
Editado por Pedro García Otero.