English Una delegación de la Cámara de Comercio de Estados Unidos (USCC) viajó ayer en la tarde a La Habana, Cuba, para explorar las transformaciones económicas prometidas recientemente por el Presidente Raúl Castro. La visita de la USCC es la primera en más de una década; la última fue en julio de 1999.
“Estoy aquí por la evidencia que vemos en Cuba de una extraordinaria expansión de la libertad de empresa, la reducción de los empleos en el gobierno y una mayor contratación privada, todo esto se mueve en la dirección correcta”, dijo Thomas Donohue, presidente de la cámara.
Donohue encabezó la visita junto a Steve Van Andel, actual vicepresidente de la cámara y jefe de la Junta Directiva de Amway Corp.; Marcel Smits, jefe de finanzas de Cargill, y otros miembros de la USCC. A su llegada, la delegación se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, y el ministro de Comercio Exterior e inversiones, Rodrigo Malmierca Díaz.
El presidente de la USCC visitará una cooperativa privada de reparación de autos, la zona de desarrollo de Mariel, y dará un discurso en la Universidad de La Habana.
La presencia de Cargill y Amway en la isla está motivada principalmente por las últimas y modestas reformas de Castro en los sectores de la producción agrícola y los sectores de auto-empleo.
Cuba se ha visto obligada a aumentar la producción agrícola para mitigar su dependencia de las importaciones de alimentos y disminuir la nómina del Estado. En abril de 2011 el parlamento aprobó los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución como basamentos del nuevo modelo económico. El documento permite a los cubanos entrar al sector privado bajo la forma de emprendedores autoempleados, o como empleados de pequeños negocios.
En consecuencia, en 2013 Cuba disminuyó sus importaciones de productos agrícolas desde Estados Unidos, alcanzando los US$348,7 millones, el mínimo nivel en siete años.
El presidente de la USCC ha sido un asiduo partidario de levantar el embargo que mantiene Estados Unidos a Cuba desde hace cinco décadas. “Como saben, la cámara se ha opuesto por años a las sanciones y cómo se han aplicado”, dijo ayer Donahue.
En el contexto de varias reformas económicas tomadas por el régimen de Raúl Castro durante los últimos años, el gobierno de Cuba ha intentado vender una imagen más amistosa a la inversión a través de su ley de inversiones extranjeras y la creación de una zona especial de desarrollo (zona franca) en el puerto de Mariel.
La visita de la USCC se realizó un día después de que 60 representantes de negocios de México visitaran la isla con el propósito de explorar opciones de inversión. El viaje también sirvió para anunciar la apertura de una oficina comercial de ProMéxico en La Habana.
La “nueva” Cuba de Raúl Castro: ¿Una nueva era para la política de Guerra Fría de EE.UU.?
La visita de Donahue sucedió después de que un grupo de 44 antiguos funcionarios del gobierno de Estados Unidos que apoyan la reforma de las políticas para con la isla firmaran una carta abierta al Presidente Barack Obama, pidiendo que se involucrara en “serias discusiones” con el gobierno Cubano sobre seguridad y temas humanitarios. Organizaciones como Washington Office on Latin America (WOLA) pidieron un fin al embargo y un cambio a través de mejores relaciones con Cuba.
“La política de Estados Unidos con Cuba es una reliquia anacrónica de la Guerra Fría que ha fallado en promover los derechos humanos y la democracia mientras ha aislado a Estados Unidos de la región”.
Aunque la administración de Obama reconoce el progreso económico de Cuba, no deja de lado la necesidad de otro tipo de reformas. Durante una entrevista con Yoani Sánchez, disidente cubana y editora del portal 14ymedio, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo “vemos los cambios del gobierno de Cuba en sus leyes de inversión, y esperamos que esos esfuerzos para atraer la inversión extranjera al país estén acompañados de una expansión en los derechos y las libertades para el pueblo cubano que les permita alcanzar su completo potencial”.
El senador demócrata Robert Menendez expresó su preocupación por la visita de la USCC y su deseo por mejorar las relaciones con Cuba. En su carta abierta dirigida a Donohue, describe al régimen cubano como “un gobierno que encarcela a líderes empresariales extranjeros sin justificación, viola los estándares laborales internacionales y niega a sus ciudadanos derechos básicos. Tales condiciones difícilmente puedan brindar oportunidades atractivas para cualquier empresario responsable”.
José Azel, exiliado cubano y académico senior en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano Americanos (ICCAS) de la Universidad de Miami, también ha comentado con respecto al evento.
“Bajo un sistema totalitario, donde toda la actividad económica está al servicio del Estado, las sanciones económicas limitan los recursos económicos disponibles para el régimen. Por lo tanto, la eliminación unilateral e incondicional de estas sanciones económicas inevitablemente extenderán, en cierta medida, los recursos económicos del régimen cubano. ¿Por qué debemos apoyar un cambio que va a fortalecer un régimen que oprime a sus compatriotas?”.
PanAm Post tuvo la oportunidad de entrevistar a Huber Matos Garsault, nieto de Huber Matos, un destacado disidente cubano y ex líder de la revolución cubana junto a Fidel Castro.
“Creemos que el objetivo de esta visita es publicitario”, dice Matos Garsault, “para aumentar la presión sobre el gobierno de Obama con el objetivo de que levante las sanciones al comercio entre los hombres de negocios de Estados Unidos y el régimen de Castro…. los cambios introducidos en Cuba tienen un propósito claro y definido por Raúl Castro: “Perfeccionar el socialismo”, no iniciar una transición política. En Cuba, el socialismo se entiende como el régimen de Castro, sin oposición auténtica, ni elecciones, ni libertades”.
En este mismo orden de ideas, Janisset Rivero, secretaria adjunto del Directorio Democrático Cubano —una ONG que promueve la democracia en Cuba— se refiere a las llamadas reformas como un espejismo.
“No hay ninguna transformación económica importante”, dice, “ni una ley de inversión extranjera genuina porque el principal problema de Cuba es que no existen las libertades políticas y económicas”.
Según Rivero, el diálogo entre Estados Unidos y Cuba no se puede fomentar “sin promover primero el respeto a los derechos humanos, la liberación de los presos políticos, la legalización de la sociedad civil independiente y la convocatoria de elecciones libres con supervisión internacional”.
“El régimen de Raúl Castro tiene 55 años en el poder sin elecciones libres. Es imperativo escuchar al pueblo cubano. Simplemente no puede haber libertad económica sin antes obtener libertad política”.