EnglishDesde mediados de este año, más precisamente desde la XII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) a finales de julio en Ecuador, el gobierno de Nicolás Maduro viene insistiendo en la necesidad de que esa alianza, junto con otros bloques como Mercosur, Caricom y Petrocaribe, se constituya en una “poderosa zona económica de desarrollo compartido” en la que se respeten las asimetrías de sus miembros y de la cual se saquen ventajas para todos.
En base a un documento sobre el tema, este martes 17 de diciembre, en el marco de la II Cumbre Extraordinaria Alba Tcp – Petrocaribe realizada en Caracas, se decidió en torno a una primera etapa de esa propuesta de integración mayor, la que denominan zona económica especial ALBA-Petrocaribe. A partir de ella, según el canciller venezolano Elías Jaua, se irá trabajando sobre una eventual unión con el Mercosur y Caricom.
Era lógico que esta primera alianza se lograra mediante el acuerdo llamado Eco-Alba. El ALBA es una instancia de cooperación regional más política que económica. Petrocaribe, un acuerdo para suministrar combustible a los países miembros en condiciones ventajosas de pago como créditos blandos y bajas tasas de interés, así como pagar no sólo con divisas, sino en especie o mediante el suministro de servicios y productos. Ambas organizaciones están supeditadas a Venezuela, que es el país que suministra los reales y el petróleo.
Según el propio Ministro del Petróleo venezolano, Rafael Ramírez, “Venezuela vendió en los últimos seis años 232 millones de barriles de petróleo a los 17 países que tiene como socios en el acuerdo de Petrocaribe”. Ahora que nuestro país atraviesa serias dificultades económicas y no produce petróleo igual que antes, pues a los miembros de ambos grupos no les queda otra opción sino hacer lo que diga el gobierno de Nicolás Maduro para así continuar recibiendo beneficios, aunque sean menores que los de antes.
El problema está en lograr la integración con el Caricom y Mercosur, dos bloques subregionales que no dependen de Venezuela –aunque les sirva económicamente- y que tienen intereses y visiones que por lo general no coinciden con los de la revolución bolivariana. Brasil y Argentina, por ejemplo, los principales miembros del Mercado del Sur, por más amigos que hayan sido del gobierno chavista bajo las presidencias de Lula Da Silva, Dilma Rousseff y los esposos Kirchner, es poco probable que les interese pasar a formar parte de este super bloque que no es propiamente de integración sino un grupo más político que económico, que busca de entrada “ir en contra de la Alianza del Pacífico” por su supuesta visión neoliberal, así como la implementación de una moneda única para los países miembros y la creación de la Universidad de Ciencias de la Salud, Salvador Allende, entre otros asuntos.
De hecho, ni Brasil ni Argentina, como tampoco Uruguay y Paraguay, han querido ser identificados con el proyecto bolivariano que lideran Venezuela y Cuba y, por tanto, ser parte del ALBA. Además, esos cuatro miembros del Mercosur como los del Caricom, son conscientes de que Alba y Petrocaribe, como su principal impulsor Venezuela, se encuentran debilitados. No por casualidad, el pasado noviembre Guatemala declinó su interés de incorporarse como miembro pleno a la iniciativa de Petrocaribe, debido a que las condiciones impuestas por Venezuela ya no son tan beneficiosas como antes.
También hay que tomar en cuenta que “la producción de petróleo en Venezuela no logra aumentar y ya ha descendido en más de 50.000 barriles diarios entre noviembre de 2012 y junio de este año. Al mismo tiempo, la exportación ha caído hasta algo menos de 1,7 millones de barriles por día”.
De modo que lo más probable es que la idea del super bloque para competir con la Alianza del Pacífico sólo quede en palabras. El gobierno venezolano tendrá que conformarse con la reformulación y fusión entre el Alba y Petrocaribe. Y a la postre, esta nueva “zona económica especial Alba-Petrocaribe” se convertirá, como lo han sido ambas iniciativas por separado, en un costoso (para los venezolanos) bloque de influencia y proyección regional del poder cubano-venezolano.