EnglishLa pregunta, aunque felizmente retórica por los momentos, no deja de ser necesaria, pues cada vez se va conociendo de nuevos contagios en países fuera de África Central y Occidental, como Estados Unidos y España.
Es preocupante qué pudiera ocurrir en nuestro país si tuviésemos la desgracia de tener un paciente con este terrible y mortal virus, dado el precario estado de la salubridad pública y la constante en nuestras clínicas y hospitales tanto públicos como privados: déficit severo de medicamentos, insumos y carencia del personal asistencial debidamente formado.
Es preocupante qué pudiera ocurrir en nuestro país si tuviésemos la desgracia de tener un paciente con este terrible y mortal virus, dado el precario estado de la salubridad pública.
Más allá de las palabras de la ministra para la Salud y de la viceministra de Hospitales sobre la implementación de protocolos contra el ébola; de la reciente reunión de ministros de la salud de los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) en La Habana; y de las rimbombantes declaraciones del presidente Nicolás Maduro en la pasada Asamblea General de las Naciones Unidas que ofrecían US$5 millones para ayudar a los países africanos y el envío de médicos venezolanos, nos preguntamos si estaremos en las condiciones adecuadas para luchar contra el virus.
De la misma forma, cuando leemos las declaraciones de voceros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomiendan que “los países deben designar hospitales y laboratorios de referencia para atender a los pacientes”, no podemos dejar de interrogarnos cuáles serían esos hospitales en Venezuela.
Ello en virtud de la pésima situación en que se encuentran, donde las fallas de suministros básicos, agua y electricidad son la cotidianidad, lo que ha dado lugar a numerosas huelgas médicas que han sido reprimidas por las fuerzas de seguridad del Estado. Cabe citar al menos al famoso Hospital Universitario de Caracas, que por el estado en que se encuentra y por la muerte de 54 venezolanos a causa de la falta de insumos, recientemente el médico y diputado del partido Primero Justicia, José Manuel Olivares, exigió la interpelación del ministro de Salud.
La grave crisis hospitalaria y de salud en Venezuela, situación que se ha acentuado durante el Gobierno de Nicolás Maduro, ha generado numerosas denuncias y reclamos por parte de entidades gremiales (sociedades médicas de hospitales, Colegio de Farmacéuticos de Venezuela, Sociedad Venezolana de Mastología); académicas (Academia Nacional de Medicina, Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela); grupos de pacientes y derechos humanos (Sociedad Venezolana de Hemofilia, activistas de VIH, pacientes trasplantados, PROVEA, Transparencia Internacional), así como por parte de instituciones de servicios tales como la Cámara Venezolana Farmacéutica, la Cámara Venezolana de Droguerías, la Asociación Venezolana de distribuidores de equipos médicos, odontológicos de laboratorio y afines, la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales Privados.
La Mesa de Unidad Democrática (MUD) también ha denunciado la gravísima situación y ha solicitado al Gobierno acciones inmediatas que detengan el peligroso e injusto deterioro de los servicios de salud, tanto públicos como privados.
Venezuela es uno de los países más vulnerables de América latina en materia de salud y por tanto uno de los países más expuestos a enfermedades epidémicas.
Pero pocos de estos reclamos han sido debidamente respondidos por las dependencias gubernamentales. Es evidente la falta de interés por la atención médica por parte del régimen bolivariano si tomamos en cuenta –como también han apuntado los dirigentes opositores— la disminución gradual en la inversión en salud. Hasta agosto de este año sólo se habían destinado US$100 millones para la dotación de material médico quirúrgico en los centros de salud públicos y privados. En la actualidad, el 38% de estos centros no cuentan con quirófanos operativos.
Esta situación es muy difícil de resolver a corto plazo, ya que se engloba en un problema mayor que se manifiesta en el plano económico, político y social. Solo la falta de medicamentos e insumos está relacionada con las dificultades para importar, debido a que el Gobierno controla el mercado de divisas y demora las respectivas autorizaciones monetarias. Los insumos necesarios para el sector salud requieren de un flujo continuo de divisas, debido a que casi no se producen en el país.
En todo caso, esta lamentable situación de salud ya ha dado lugar a epidemias de enfermedades tales como el dengue y la chikungunya, que actualmente golpean con fuerza a la población venezolana que ni siquiera cuenta con el medicamento básico para su tratamiento (el acetaminofén) ni puede hacerse las pruebas de sangre necesarias por falta de reactivos.
La verdad es que Venezuela es uno de los países más vulnerables de América latina en materia de salud y por tanto uno de los países más expuestos a enfermedades epidémicas. Si llegará aquí el virus del ébola sería una enorme tragedia nacional y regional.