Puerto Rico está pasando por la peor crisis económica de su historia. El Speaker de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Paul Ryan, ya ordenó que el proyecto de ley que establece una Junta de Control Fiscal federal sobre el territorio sea llevado a votación en el hemiciclo la próxima semana.
La junta controlará en el territorio todo lo relacionado con finanzas, presupuesto y deuda pública, que es resultado de una recesión que ya va a cumplir 10 años. La deuda, en aumento por más de una década, es producto del mal manejo de las finanzas por parte del Gobierno de la isla, de las regulaciones económicas excesivas y de un inflado gasto por parte del sector público.
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La crisis de Puerto Rico pone en alerta a los estados de la unión donde residen alrededor de 5 millones de puertorriqueños, producto del reciente éxodo masivo de boricuas que han abandonado la isla por la falta de empleo y oportunidades.
Al igual que los 50 estados de la unión, Puerto Rico presenta cada año un reporte financiero anual exhaustivo donde informa sobre sus finanzas a corto y largo plazo.
A partir de su más reciente informe, el Centro Mercatus de la Universidad George Mason creó una tabla de posiciones para comparar la salud fiscal entre los estados de la unión y Puerto Rico.
Como era de esperarse, Puerto Rico ocupa la última posición. Los ingresos del Gobierno solo cubren el 88% del gasto público anual, y la deuda total del territorio ya excede el 13% del Producto Interno Bruto.
Otros estados con altas deudas como Connecticut, Illinois, Massachusetts, New Jersey y Kentucky, tienen poco efectivo en sus reservas, pero su situación no es tan alarmante como la de la isla.
La situación de Puerto Rico pone en alerta los sistemas de pensiones, ya que la salud fiscal de cada estado depende de la manera como maneja sus propios recursos económicos.
Estados como Alaska, Dakota del Norte y Texas gozan de buena salud fiscal, pero sus economías dependen en buena parte de los ingresos generados por el petróleo. Desde que el precio del petróleo comenzó a descender en el 2014, ello se traduce en una baja en los ingresos para cubrir gastos.
Puerto Rico no cuenta con ninguna fuente de ingresos. El territorio no tiene petróleo ni vende ningún tipo de energía, por lo que el Gobierno ha estado cubriendo sus gastos con dineros que provienen de impuestos y préstamos.
El territorio ya no puede pedir más préstamos, ya que tiene su crédito en clasificación chatarra y los ingresos del estado siguen siendo insuficientes. Adicionalmente, ya se cumplieron los plazos de pago a los acreedores con quienes el Gobierno se endeudó anteriormente.
Fuente: The Fiscal Times