EnglishUna tensa crisis entre indígenas mayas e integrantes de una comunidad judía ortodoxa en la localidad San Juan La Laguna, en la región suroccidental de Guatemala, resultó en la expulsión de los 230 miembros perteneciente al movimiento ultraortodoxo Lev Tahor.
Los miembros de Lev Tahor, que siguen estrictas reglas religiosas, se encuentran instalados en San Juan La Laguna desde hace por lo menos seis años. Sin embargo, en el pasado mes de marzo, la llegada desde Canadá de un nuevo contingente de integrantes de esa comunidad comenzó a generar roces con la comunidad indígena maya. Los recién llegados alegaron que se asentaron en Guatemala en búsqueda de una libertad religiosa que no gozaban en Canadá.
“No entiendo por qué no nos quieren, no hemos hecho nada malo aquí”, declaró a la agencia Reuters el rabino Uriel Goldman, líder de Lev Tahor. El Consejo de Ancianos indígena del poblado situado a 150 km de la capital guatemalteca había amenazado a la comunidad religiosa con cortarles el suministro eléctrico y de agua, y expulsarlos por la fuerza.
Desde la comunidad maya defienden que han actuado “en defensa propia”. “La Constitución [guatemalteca] nos protege porque debemos conservar y preservar nuestra cultura”, señaló un portavoz del consejo maya, Miguel Vásquez.
Entre los principales cuestionamientos, las autoridades indígenas mencionan un “comportamiento prepotente”, el incumplimiento a su compromiso de “no bañarse desnudos en áreas públicas”, y que desde su llegada se resintió el turismo y la venta de artesanías.
“No creen en Jesucristo y en la Virgen María. No trabajan, se visten de negro y ahuyentan el turismo que es muy importante. Además, no dormían y en las noches salían a pasear en las calles cuando todos estábamos durmiendo”, afirmó Vásquez.
La Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala recibió una denuncia por estos hechos y manifestó a través de un comunicado que “rechaza las amenazas proferidas en contra de la comunidad judía y solicita a las autoridades competentes su pronta investigación. Lamenta que la comunidad judía se haya visto forzada a abandonar su domicilio”.
Las más de 30 familias expulsadas de San Juan La Laguna se reubicaron temporalmente en Ciudad de Guatemala a la espera de definir su situación. No obstante manifestaron su intención de permanecer en el país centroamericano: “Continuaremos en Guatemala porque la semilla es fértil y tiene que germinar”, concluyó Goldman.