EnglishSegún estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS), el ritmo de inmigración ilegal de menores ha mermado.
Durante el mes de agosto se registró la detención de 3.141 menores sin compañía, lo que representa una disminución del 70,4% respecto del mes de junio, cuando se contabilizaron 10.622 niños, en su mayoría provenientes de Honduras, Guatemala, El Salvador y México.
Tras dos meses consecutivos de haberse registrado una caída en la cantidad de niños migrantes detenidos, las nuevas cifras confirman la tendencia a la baja en la cantidad de detenciones.
“Durante el verano, bajo la dirección del presidente [Obama], este departamento, en conjunto con los departamentos de Salud y Servicios Sociales, Defensa, Estado, y Justicia, respondieron agresivamente a la situación”, señaló Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional, en un comunicado de prensa.
Por su parte, Laura Thompson, directora adjunta de la Organización Internacional de Inmigraciones, señaló que “la mitad de la migración son mujeres jefas de hogar que dejan a sus hijos al cuidados de terceros o abandonados, con el dilema de quedarse solos en una dinámica social complicada o de emigrar solos, como hemos visto en este año”. Thompson, además, consideró a la distribución desigual de la riqueza como una de las causas detrás del flujo migratorio.
Sin embargo, la opinión del presidente hondureño Juan Orlando Hernández es diferente. En declaraciones realizadas en el mes de junio, en el auge de la crisis de los menores migrantes, el mandatario indicó que los menores son “desplazados de guerra”, en alusión a la guerra contra las drogas.
Un informe de la Comisión Global de Política de Drogas, presentado semanas atrás, atribuyó el aumento de los niveles de violencia en los países a la prohibición de drogas.
“En lugar de reducir el delito, las políticas de drogas represivas lo fomentan activamente. El alza de los precios de las drogas ilícitas ofrece incentivos para que los grupos criminales se incorporen al tráfico para que los grupos criminales se incorporen al tráfico, y lleva a algunas personas drogodependientes a delinquir para financiar su consumo”, sostiene el informe.