EnglishUn memorándum desclasificado de la Procuraduría General de México señala que 17 agentes de policía de la ciudad de San Fernando, en el Estado de Tamaulipas, al norte de México, fueron arrestados por la muerte de 193 migrantes (la mayoría oriundos de América Central), en una serie de masacres ocurridas durante 2011.
La información la difundió este lunes el Archivo de Seguridad Nacional, dependiente de la Universidad George Washington de Estados Unidos.
El informe menciona a un integrante del cártel mexicano Los Zetas que declaró ante las autoridades que la policía local colaboró en la “intercepción de gente”, que los uniformados estaban pendientes de los acontecimientos, e incluso aceptaron sobornos mientras ignoraban las actividades criminales..
A partir de 2010, en medio una disputa de poder sobre el control de las redes de tráfico de órganos entre Los Zetas y el Cártel del Golfo, emergieron una serie de casos de secuestros masivos de migrantes que intentaban cruzar la frontera para llegar a Estados Unidos. Según los funcionarios, los cuerpos pertenecían a migrantes que eran capturados mientras viajaban en buses y luego, al negarse a trabajar como mulas, eran asesinados.
La Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, una agrupación dedicada a promover el acceso a la justicia a víctimas de delitos y violaciones de derechos humanos en México, había denunciado la participación de la policía local en los asesinatos.
En declaraciones a la agencia AP, Ana Lorena Delgadillo, directora de la fundación, afirmó que el memorándum confirma “el grado de participación de la policía”.
“Este es un importante paso hacia adelante en la búsqueda de la verdad”, dijo Delgadillo, quien lamentó que el memorádum no ofrezca mayor información más que 18 oficiales de policía estaban siendo investigados.
El caso presenta varias similitudes con la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en Iguala, en el Estado de Guerrero, el septiembre pasado. De acuerdo con las autoridades mexicanas, los estudiantes fueron capturados por la policía local y entregados a la banda criminal Guerreros Unidos, quienes supuestamente mataron y quemaron a los estudiantes y arrojaron sus restos a un río.
Sin embargo, una investigación de la revista mexicana Proceso afirma que, al contrario de la versión oficial, las fuerzas de seguridad federales habrían estado involucradas en los hechos.
El episodio despertó varias protestas en todo México contra la corrupción policial y la actuación del Gobierno en los hechos.
Desde 2007, más de 70.000 personas murieron en México en el marco del sangriento enfrentamiento que mantienen bandas criminales entre sí, y con el Gobierno federal.
Fuentes: ABC News/AP, CNN Mexico, Press TV.