Un grupo de médicos cubanos se reunieron el viernes pasado, en la sede de Solidaridad Sin Fronteras (SSF) de Hialeah, Miami, para protestar porque la Comisión de Educación para Médicos Extranjeros Graduados (Cefmg) ha paralizado las certificaciones de los profesionales de la salud provenientes de la isla.
Julio César Alfonso, presidente de SSF, una organización sin fines de lucro que ayuda a los médicos cubanos en Estados Unidos, asegura que “esto es una maniobra para quitar el programa de visas especiales para los profesionales de la salud de la isla” y denunció que “son ahora serán enviados a trabajar como esclavos en otros países”.
Alfonso también reconoció que “este programa es una puntilla para los Castro, porque les sabotea una fuente de ingresos importante al país”. No miente en esto, pues se estima que el Gobierno de la isla recibe más de US$8.000 millones por concepto de la exportación de servicios médicos. El también médico recalcó que los médicos cubanos “van a seguir haciendo lo mismo y van a seguir escapando de las misiones”, pero que “en vez de entrar al país de manera organizada, como se hace ahora a través del programa, lo harán ilegalmente”.
María Virginia Gómez, una cardióloga cubana de 50 años que abandonó su misión en África para acogerse al programa de visas, dijo que “era mucha coincidencia” que el Cefmg publicara en su sitio de Internet que se necesita una licencia del Departamento del Tesoro para procesar y verificar las credenciales de los médicos de Cuba, Crimea y Sudán; todo ello el mismo día en el que el presidente Barack Obama anunció la apertura de las embajadas en Cuba y Estados Unidos.
Son cientos los aspirantes que desean validar sus títulos y pasar los tres exámenes requeridos para obtener la Licencia Médica de Estados Unidos (Usmle). Estos les permitirían ejercer la medicina en el país pero dadas las nuevas circunstancias, todo queda en incertidumbre.
La gran mayoría de los médicos emigrados lo hacen bajo el aval del Cuban Medical Professional Parole Program (Cmppp), el cual está diseñado para ayudar a emigrar a Estados Unidos a los profesionales de la salud que el Gobierno cubano envía a otros países en “misiones” de colaboración.
Fuente: El Nuevo Herald.