Ha visto las colas, las largas colas de venezolanos esperando comida, y ha quedado espantado. Cuarenta horas en Venezuela le bastaron a Albert Rivera, líder de Ciudadanos, para establecer una agenda de prioridades para el país suramericano: La primera de ellas es la humanitaria, la necesidad de atender la grave crisis de medicinas y alimentros que padecen los habitantes del país, incluyendo a aquellos de origen español.
La segunda es que el diálogo que permita resolver los problemas de una nación “muy rica, que volverá a ser lo que siempre fue, un país rico que tiene que ser rico, y que hoy es un país rico en recursos, pero pobre en libertades fundamentales” no puede darse “si hay gente pasando hambre” y tiene que respetar tres cosas: La constitución venezolana (y por lo tanto la posibilidad de convocar a un referendo revocatorio del mandato del presidente Nicolas Maduro) y a los derechos humanos en general; y la salida de los presos políticos de las cárceles del país.
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En olor de multitud, y rodeado de medios de comunicación y de fans como si de un jefe de Estado (y no de un diputado) se tratara, Rivera se presentó en la Asamblea Nacional venezolana, para participar de una sesión solemne de la Comisión de Política Exterior, pese a las amenazas de no dejarlo entrar al país hechas por Diosdado Cabello, el número dos del chavismo.
En la sesión, un diputado suplente del gobernante partido Socialista Unido de Venezuela le recriminó “no decir toda la verdad” sobre la situación del país, a lo que el diputado español indicó que está dispuesto “a reunirse con las autoridades que el Gobierno tenga a bien designar”, para conocer la versión del oficialismo.
Y flanqueado por Lilian Tintori y Antonieta Mendoza, esposa y madre del líder opositor y preso de conciencia Leopoldo López, señaló que “donde hay presos políticos no hay democracia. Los políticos tienen que estar en las listas de votación, no en las cárceles”. Rivera se solidarizó, igualmente, con Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, alcaldes de Caracas y de la ciudad andina de San Cristóbal, respectivamente, y ambos en arresto domiciliario.
En la sesión, Freddy Guevara, presidente de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, le pidió a Rivera que contribuya a esclarecer desde España el supuesto financiamiento del Gobierno de Hugo Chávez y posteriormente, el de Nicolás Maduro, a Podemos y sus fundaciones satélites, “recursos que en forma de alimentos y medicinas, necesitan hoy los venezolanos”; y señaló que invitará también a los dirigentes de ese partido a la Asamblea Nacional venezolana para que expliquen de qué forma recibieron las ayudas.
Además, señaló que si el oficialismo quiere que Rivera conozca la verdad sobre Venezuela, debe permitirle visitar a López, a Ledezma y a los siete jóvenes detenidos el jueves pasado en una manifestación opositora contra el régimen de Maduro, quienes, según varias versiones de prensa, han sido salvajemente golpeados en los calabozos de la policía política del chavismo, el Sebin.
Una fuente del Parlamento indicó a PanAm Post que las condiciones que presenta Rivera son las mismas que solicitó el exjefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para mediar entre el Gobierno y la oposición; y que estas no solo muestran que la diplomacia española “actúa como una diplomacia de Estado, no de Gobierno”, según señaló; sino que fueron establecidas en la reunión que sostuvo la Internacional Socialista a comienzos de abril en República Dominicana, y comunicadas a la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, como requisito para que Zapatero y los expresidentes de Dominicana y Panamá, Leonel Fernández y Martín Torrijos, aceptaran mediar en Venezuela, hace dos semanas, durante las elecciones en las que fue reelecto Danilo Medina en Quisqueya.
Mientras tanto, el presidente de la Comisión de Exteriores del parlamento venezolano, Luis Florido, dijo también a PanAm Post que la visita de Rivera se enmarca “dentro de la ayuda que estamos gestionando para que los venezolanos vean que no estamos solos”, y prometió “una visita que será una gran sorpresa” en los próximos días.
Además, Florido se manifestó confiado de que en la Organización de Estados Americanos (OEA) existen los votos necesarios para declarar la ruptura del hilo constitucional en Venezuela y la creación de un grupo supervisor del continente a la democracia venezolana, luego de que hiciera una visita a la OEA para solicitar, en nombre de la oposición venezolana, la convocatoria al Consejo Permanente de la OEA por parte del secretario general de este organismo, Luis Almagro.