La expresidenta Cristina Kirchner está decida a liderar una parte de la oposición al Gobierno de Mauricio Macri y seguir teniendo presencia en la escena política argentina.
Después de cuatro meses de silencio, la exmandataria decidió salir al ruedo político el 13 de abril, justo el día en que estaba citada a declarar ante el Juez Claudio Bonadío por la causa de la venta de dólar a futuro, que ella autorizó cuando era presidenta.
Su primer discurso político desde que dejó la presidencia en diciembre de 2015, lo ofreció en los alrededores de la sede de los tribunales, rodeada de militantes de La Cámpora, las Madres de la Plaza de Mayo, diputados e intendentes de su partido Frente para la Victoria, y otras organizaciones políticas y sociales que la apoyan.
Sus palabras, que tuvieron mucha exposición en todos los medios de comunicación, estuvieron dirigidas a atacar a la gestión de Mauricio Macri y a defenderse de las acusaciones en su contra.
Durante su primer encuentro con los militantes, la exmandataria intentó mostrarse firme y sin temor a su futuro judicial y político: “Quiero que estén todos tranquilos, muy tranquilos. Me pueden citar 20 veces más, me pueden meter presa, pero lo que no pueden hacer, es callar lo que pienso”.
Rodeada de pancartas y consignas de sus simpatizantes, Kirchner aprovechó para atacar los puntos flacos del mandatario en funciones: “Estaban buscando la ruta del dinero K y se encontraron con la ruta del dinero M”, dijo en relación con las filtraciones de la investigación periodística Panamá Papers, en las que señalan a Mauricio Macri y su familia como dueños de una sociedad offshore en Bahamas.
La exmandataria aprovechó para criticar las políticas económicas de Macri: “Hay gente que está convencida que con estas políticas vamos por buen camino, y eso es lo que a mí me preocupa”, dijo.
El acto sirvió para anunciar el proyecto con el que intenta mantener su vigencia política. Pidió crear un Frente Ciudadano, que según señaló, será “sin preferencias partidarias” y servirá “para reclamar por los derechos que les han arrebatado”.
La gira capitalina
Con el Frente Ciudadano en mente, la exmandataria se reunió esta semana con diputados, senadores, representantes de la iglesia y organizaciones sociales.
Según destaca la prensa local, en la reunión que tuvo con senadores del Partido Justicialista y el Frente para la Victoria, se podía ver la división que hay en la bancada de esta tendencia opositora. Según Infobae, a la cita asistieron 22 legisladores, cinco se ausentaron con aviso y 12 prefirieron tomar distancia. Entre los presentes hubo siete senadores que votaron a favor del acuerdo con los holdouts.
En la reunión de diputados se declaró “responsable de los que pasó en las últimas elecciones” presidenciales donde su candidato resultó derrotado.
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Cristina Kirchner también pudo medir la reacción de la calle los 10 días que estuvo en Buenos Aires. A todos los lugares donde iba la acompañaba una custodia de agrupación kirchnerista La Cámpora; muchos simpatizantes se le acercaban para pedirle una selfie o un autógrafo.
Pero también tuvo que enfrentarse al rechazo de ciudadanos que creen que es culpable de las cusas por corrupción que pesan sobre ella. Este jueves al salir de un acto, desde los balcones de las residencias de los alrededores, le lanzaron naranjas y huevos; sus custodios tuvieron que usar un paraguas para protegerla.
La expresidenta regresó este jueves por la noche a su casa la provincia de Santa Cruz, al sur del país. Por ahora se desconoce cuáles son las próximas acciones en su agenda política, pero esta semana se lleva un panorama de de la situación en las filas de su partido y pudo medir un poco la reacción de la ciudadanía a su exposición pública.
Le queda enfrentar una difícil situación judicial que le complica sus futuro político y familiar. Además de estar imputada en la causa de la venta de dólar a futuro, la expresidenta también enfrenta la imputación por el delito de lavado de dinero en la causa de “la ruta del dinero k”.
También está siendo investigada por el caso “Hotesur”, que busca determinar si la cadena hotelera de su familia se usó para blanquear fondos de origen ilegal, y además está imputada en una causa por sospechas de ocultamiento de plazos fijos que tenía su esposo Néstor Kirchner, pero que ella no habría declarado.
Queda por ver si sus largos años en la política le servirán para mantener su vigencia como líder, en medio de la tormenta que se le avecina con las causas judiciales en su contra.