EnglishLa aprobación del juicio político contra Dilma Rousseff deja a Brasil sumido en una profunda crisis política sin precedentes. Este jueves 12 de abril la presidenta será notificada de la decisión que tomó el Senado de Brasil esta madrugada de aprobar el impeachement que la obliga a dejar la presidencia hasta por 180 días.
La presidenta Rousseff es acusada de haber incumplido normas fiscales administrando el presupuesto federal. La mandataria permanecerá en la residencia oficial, el Palacio da Alvorada, durante unos días y recibiendo la mitad de su salario. Se espera que se dirija al país en horas de la mañana de este jueves.
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De los 81 senadores que estuvieron en el plenario que terminó esta madrugada, 51 votaron a favor del impeachement y 22 en contra. Hubo una abstención y tres ausentes.
Mientras Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) se encuentre suspendida de su cargo, asumirá de forma interina el vicepresidente Michel Temer, quien ya tiene preparado el gabinete que lo acompañará mientras dure el juicio político. Temer, antiguo aliado de la mandataria, fue uno de los principales impulsores del impeachment.
El hasta hoy vicepresidente asumirá el cargo sin ceremonias especiales debido al carácter interino de su investidura. Está previsto que anuncie públicamente sus planes de Gobierno y los miembros de su nuevo gabinete. El mes pasado ya había dicho a través de su cuenta en Twitter que mantendría los programas sociales que desarrolló Rousseff, como si para entonces ya tuviera la certeza de que asumiría la presidencia de Brasil.
Si la presidenta es finalmente destituida, después de los 180 días que se espera dure el juicio político, será entonces Temer quien complete el mandato que vence el 1° de enero de 2019.
El proceso contra Rousseff será presidido por el titular del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski. La presidenta ha insistido ante su país y la comunidad internacional que el proceso en su contra es un “golpe de Estado” que pretende sacarla del poder al cual llegó a través de voto. Acusa a su vicepresidente de estar detrás de su destitución.
La presidenta señaló que no renunciará a su cargo y que tiene la fortaleza para enfrentar el juicio político. La mandataria deberá ahora planificar una defensa que le permita regresar al poder.
La comisión especial integrada por 21 senadores citará durante el juicio a testigos que puedan aportar pruebas a favor o en contra de Rousseff. La instancia deberá elaborar un informe final con las conclusiones del caso que será votado.
En caso de ser aprobado por una mayoría simple se presentará al pleno del Senado, que en una única sesión decidirá si Rousseff será finalmente destituida.
Si el Senado encuentra culpable a Rousseff, además de ser apartada definitivamente del cargo, quedará inhabilitada para ejercer cargos públicos por ocho años. Si los legisladores la declaran inocente o no reúnen los dos tercios de votos para condenarla, ella regresa a la presidencia.
El proceso contra Rousseff se realiza mientras Brasil se encuentra en una profunda recesión económica y realizan investigaciones por corrupción en la petrolera estatal Petrobras.