Después de un mes de haber desaparecido de Uruguay, el expreso sirio de Guatánamo, Jhiad Diyab, apareció en Venezuela. La información la dio este miércoles la agencia de noticias rusa Spuntnik y fue confirmada por el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa.
Según Sputnik, Diyab se presentó en el consulado de Uruguay en Venezuela y comentó que pretendía viajar a Turquía, donde se encuentra una parte de su familia. El sirio informó que llegó a Venezuela pasando por Brasil en ómnibus.
Diyab obtuvo el estatus de refugiado en Uruguay luego de ingresar al país en diciembre de 2014, tras un acuerdo entre el expresidente José Mujica y su colega de Estados Unidos, Barack Obama. Con él llegaron al país suramericano otros cinco exreclusos de Guantánamo.
En junio pasado abandonó Uruguay sin que las autoridades supieran de su paradero.
Christian Mirza, nexo del gobierno con los refugiados de Guantánamo, aseguró a comienzos de mes que Diyab contaba con un título de viaje que permite la salida y libre circulación, y que por eso Uruguay no podía impedir que abandonara el país.
Diyab también firmó un documento oficial del Departamento de Estado en el que declara que tanto él como el resto de sus compañeros refugiados “no representan riesgo alguno en materia de seguridad” ni para Estados Unidos, ni para Uruguay.
El gobierno uruguayo y Cruz Roja Internacional estaban tramitando la llegada de su familia a Montevideo.
La desaparición de Diyab había prendido las alarmas en Brasil, donde había temor de que pudiera haber entrado para establecer contacto con alguna célula terrorista.
La situación con Diyab provocó fuertes reacciones en Estados Unidos, donde el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso cuestionó la primera semana de julio la capacidad de Uruguay para albergar refugiados y brindar las garantías de seguridad necesarias.
El Partido Republicano criticó la política de traslado de presos que impulsó el presidente Barack Obama. En este sentido, el representante republicano y presidente del comité, Ed Royce, dijo que la administración de Obama propició que “detenidos peligrosos fueran recibidos por países que no son capaces de lidiar con ellos”.
Fuente: El Observador, Espectador.