English Cientos de ciudadanos se reunieron en el centro de la ciudad de Guayaquil, Ecuador, este jueves para ejercer su derecho a la manifestación pacífica contra el gobierno del presidente Rafael Correa.
Al igual que en las marchas encabezadas por sindicatos y agrupaciones indígenas en otras localidades, la multitud en el centro de la ciudad portuaria estuvo conformada por varias organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos, quienes llegaron al Parque Centenario con pancartas, camisetas y silbatos.
Los manifestantes partieron hacia la sede de la Gobernación del Guayas, dejando de lado sus diversas afiliaciones políticas, y unidos con un único propósito: expresar su inconformidad con los fracasos de la Revolución Ciudadana impulsada por el presidente Correa, en el poder en el país andino desde 2007.
Fueron encabezados por representantes del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), que originalmente convocó a la “jornada de resistencia” nacional. Esperanza Morán, miembro del FUT, dijo a PanAm Post que muchas de las políticas implementadas por el gobierno han perjudicado a los trabajadores del país, por lo que el primer mandatario ya no cuenta con el apoyo del sector.
“Así como nosotros lo pusimos, nosotros podemos sacarlo en cualquier momento. El no es un dios inamovible, y nosotros no le tenemos miedo”, aseguró.
Las pancartas de la manifestación demostraron los diversos motivos para participar en la marcha. Además de sindicatos de trabajadores y de docentes, había activistas de los derechos de las mujeres, jubilados, médicos, personas indignadas por los nuevos impuestos a las importaciones, y estudiantes que pedían respeto a la libertad de expresión.
Entre los asistentes estuvo René Rodríguez, quien a pesar de no tener vinculaciones con ninguna de las organizaciones presentes, acudió a la marcha como solo “uno más de los ecuatorianos decepcionados por este gobierno”, según dijo.
“Tuvimos la esperanza de que se iba a dar un verdadero cambio en Ecuador, pero lamentablemente la población ecuatoriana —y me incluyo — ha sido decepcionada por el régimen”.
Al otro lado de la calle, un grupo de mujeres llevaba camisetas que decían “ya basta”. Mónica Jiménez explicó que conformaban un grupo de amas de casa que protestaban contra “un presidente cuyas políticas han perjudicado a todo el pueblo.”
“Él no está tomando las medidas que debería, como la reducción del gasto estatal. Por ejemplo, reducir esas sabatinas que sabemos que son millonarias”, dijo, en referencia al programa Enlace Ciudadano que Rafael Correa realiza cada sábado.
Jonathan Jaramillo, uno de los manifestantes, dijo estar inconforme con la mala gestión de Correa con el dinero de los ecuatorianos, así como con los repetidos ataques de su gobierno a las libertades individuales.
“Estoy aquí porque quiero vivir en un país donde yo pueda decidir qué comprar y qué no, qué hacer y qué no hacer. Yo creo en la libertad”, sostuvo.
Algunas figuras políticas también estuvieron presentes en la manifestación. El asambleísta de oposición Henry Cucalón dijo a PanAm Post que había salido a manifestar en contra de las malas decisiones tomadas por el gobierno, y en defensa del derecho a la protesta.
“Es legítimo estar en las calles expresando nuestra inconformidad”, manifestó.
Alrededor de las 18:00 h. comenzó a llover, pero la marcha continuó sin inmutarse. En una serie de cantos, la multitud gritó que “las calles son del pueblo” y que iban a “ganarle a Correa en esta lucha.” En otros estribillos, los manifestantes dijeron que estaban “cansados” del gobierno, y rechazaron posibles acusaciones de que habían sido “pagados” por asistir.
Un cordón de más de 80 agentes de la policía bloqueó el camino hacia el edificio de la Gobernación, donde el gobernador Rolando Panchana había organizado un evento con grupos musicales para decenas de simpatizantes de Correa.
Mientras los manifestantes exigieron su derecho a circular libremente, varios policías encendieron sus motocicletas y aceleraron los motores, lo cual fue interpretado como amenaza por la multitud. Como resultado, muchos manifestantes se dispersaron y solo una pequeña cantidad llegó el punto final de la protesta.
Correa responde
Las manifestaciones en otras ciudades también tuvieron una concurrencia significativa. La más grande de todas tuvo lugar en Quito, donde más de siete cuadras de la ciudad fueron ocupadas por los manifestantes.
La demostración comenzó a las 16:00 hora local y se prolongó durante tres horas y media, hasta que terminó a causa de los enfrentamientos entre manifestantes y la policía registrados en la histórica Plaza San Francisco.
Por su parte, el presidente Rafael Correa, quien se encontraba en la ciudad de Riobamba, calificó las movilizaciones como un “fracaso total“, y afirmó que un grupo de manifestantes intentó atacarlo con botellas y piedras.
Correa también alegó que su gobierno, al igual que los regímenes progresistas de Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia y Chile, son el blanco de conspiraciones de los medios de comunicación y otros grupos de interés económico.