EnglishEl libertarismo es una filosofía política que se basa en el principio de no agresión y el mutuo consentimiento como base de las relaciones sociales. Esto debería hacer que la violencia física no tenga cabida entre activistas libertarios, pero el caso de Jason Christopher Cockrell demuestra que sí ocurren.
Cockrell, un anarquista libertario de larga data y ex estudiante de la Universidad de Carolina del Norte en Raleigh, se declaró culpable el lunes 20 de abril de un delito menor de agresión y reclusión ilegal de una persona. La víctima es su exnovia Jenifer Sposit.
Quien ventiló el caso fue la activista libertaria Meg Gilliland a través de su cuenta personal en Facebook.
“Hace alrededor de un año y medio, Jason Cockrell violó a una de mis amigas más cercanas y miembro del movimiento libertario. Le amenazó con más violencia y le dijo que le mataría si acudía a la policía”, escribió Gillilland.
Si bien Cockrell al principio debió enfrentar cargos de agresión y violación ambos en segundo grado, estos fueron desestimados como parte de un acuerdo de declaración de culpa. El juez del caso sentenció a Cockrell a 15 días de cárcel y 3 años de libertad condicional.
En relación al delito grave original, Cockrell aseguró al PanAm Post que él no abusó de Sposit y que lo demostrará: “Revelaré evidencias que refutan las acusaciones en mi contra. Cuándo haré esto queda a mi discreción.”
“No tengo obligación de hacerlo, ya que el Estado me investigó durante 11 meses y decidió desestimar los cargos de violación”, agregó Cockrell, quien tenía 21 años cuando fue arrestado el 12 de mayo de 2014 y permaneció en la cárcel del condado de Guilford en High Point, Carolina del Norte.
“Valdría la pena matarte”
En una entrevista exclusiva con el PanAm Post, Sposit compartió detalles del caso. Explicó que Cockrell se volvió violento durante el último de los tres años que mantuvieron una relación. Sposit afirma que empezó con agresiones verbales que luego se convirtieron en físicas.
El punto de quiebre llegó cuando ella anunció a Cockrell su decisión de dejarlo. Según Sposit, el 31 de octubre de 2013 Cockrell la atacó mientras dormía: “Básicamente pasé dos horas con él encima de mí, asfixiándome y diciéndome que me mataría”.
“Yo trataba de salvar mi vida, intentaba convencerle de por qué no debería matarme. Luego ocurrió la violación”.
Ella afirma que Cockrell le amenazó con matarla si acudía a la policía: “Me dijo, ‘siempre pensé que iría a la cárcel algún día, y matarte valdría la pena'”.
“Nerviosa y con miedo de presentarse ante la policía”, esperó casi 6 meses antes de llamar a las autoridades.
¿Hipocresía en el movimiento libertario?
Un año y medio más tarde del suceso, Sposit dice que ahora puede abordar el asunto con calma. Admite que todavía siente miedo a veces de que Cockrell intente vengarse, y ventilar el caso le ayuda a sentirse más segura. Si algo le suciedera a ella, afirma, él sería el primer sospechoso.
“Una parte de mí teme que en algún momento él explote y decida que ya no le importan las consecuencias”.
Respecto a su participación en el movimiento libertario, Sposit dice que últimamente no ha hecho mucho, “y una parte importante de ello ha sido por la violación”.
Lamenta que ningún colega activista que conocía el comportamiento violento de Cockrell jamás le confrontó al respecto:. “Para mí es muy irónico porque promovemos las relaciones libres y voluntarias, y predicamos que las disputas se resuelvan sin agresiones “, afirma Sposit,”pero los miembros de nuestro movimiento libertario local sencillamente lo ignoraron”.
“El hecho de que Jason haya sido invitado activamente a eventos, bienvenido, recibido cordialmente, incluso después de haber agredido a otras personas (…) me dio miedo de participar realmente en el movimiento libertario”.
Sposit reconoce lo delicado del asunto, y dice que la tendencia de la gente de creer a los “sobrevivientes de violaciones” sin ninguna prueba está mal.
“Incluso después de lo que me sucedió, no espero que nadie tome una decisión antes de escucharnos a ambos. En mi caso ha sido frustrante ver que yo tengo pruebas y tengo una historia que contar, pero nadie se me había acercado a escucharme antes”.
Traducido por Daniel Duarte. Editado por Adam Dubove.