Este viernes el presidente de Uruguay José Mujica y el mandatario boliviano Evo Morales, firmaron un acuerdo para el uso por parte de Bolivia de un puerto de aguas profundas proyectado en la costa uruguaya.
El convenio permitiría a Bolivia tener acceso a la costa atlántica a través del departamento uruguayo de Rocha, fronterizo con Brasil.
La medida, sería el último gran movimiento de José Mujica como presidente de Uruguay, cargo que a partir del próximo primero de marzo será ocupado por Tabaré Vázquez, partidario del mismo Frente Amplio de Mujica.
La firma de un memorándum de entendimiento para el uso del puerto por parte de Bolivia identificará las“facilidades y condiciones” de la participación del país andino, en uno de los principales proyectos de infraestructura que se planteó el gobierno actual.
“Nosotros hemos deseado siempre que Bolivia tenga su salida al mar”, dijo el mandatario uruguayo.
Este proyecto quedaría sujeto a las prioridades del Gobierno de Vázquez.
La herencia de Mujica
En su país, el actual mandatario uruguayo es considerado como un hombre carismático que dejará una huella como personaje polémico, mediático e impredecible. Analistas consideran que “desacralizó el poder y rompió con los resabios elitistas”.
Consciente del respaldo popular y del poder político que ello significaba, impulsó la ley del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto, la regulación del mercado de la marihuana y varias medidas contra la discriminación racial que hicieron que muchos rebautizaran a Uruguay como “el país más progresista” de América Latina.
El “presidente más pobre del mundo”, José Mujica, dejará a su sucesor un Uruguay con un crecimiento anual del 2,8% y un desempleo del 6,8%.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), indicó que Uruguay es el segundo país con menor índice de pobreza (7,5%) de la región y el primero con menores índices de indigencia.
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Pero no tan bueno
En el 2012, Uruguay votó en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU —junto con Pakistán, Venezuela y Cuba— para el envío de una misión para investigar el impacto de las colonias judías en territorio palestino. En esa misma oportunidad, se negó a votar la realización de una relatoría especial para investigar las violaciones de los derechos humanos en Irán.
Su oposición considera que Mujica “nunca mostró su verdadero rostro” —el de un supuesto guerrillero totalitario— porque las instituciones republicanas uruguayas son fuertes, y no se lo permitieron.
En más de una ocasión la Suprema Corte de Justicia declaró la inconstitucionalidad de algunas leyes impulsadas desde el Gobierno que atentaban contra los derechos; entre ellas cabe mencionar el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales.
En materia educativa, en la última prueba PISA, una evaluación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que mide los niveles educativos de jóvenes de 15 años en 65 países, los resultados de Uruguay fueron los peores desde 2003.
El país ha sufrido en los últimos años paros docentes y altas cifras de repetición, que en algunos colegios secundarios alcanzaron más del 57,4% de alumnos no promovidos.
Por otro lado, aunque las estadísticas sugieren que Uruguay se mantiene como uno de los países más seguros de América del Sur —la tasa de homicidios es de ocho por cada 100.000 habitantes—, está entre los cinco países con más robos, según datos de Naciones Unidas, los cuales aumentaron en un 10% en el último año en la capital.
Mujica se despide de la presidencia uruguaya con un récord de aprobación popular que llega al 65%, de acuerdo a una encuesta de opinión local; asumirá la próxima semana como senador y no descarta volver a presentarse como candidato presidencial dentro de cinco años. “Eso lo decidirá la biología”, afirmó.
El sucesor
El presidente electo de Uruguay Tabaré Vázquez, médico oncólogo de profesión, fue mandatario desde 2005 hasta 2010. En esta oportunidad venció con un 53% de los votos al candidato del Partido Nacional Luis Lacalle Pou, quien obtuvo 13% menos de votos.
Vázquez prometió continuar con las políticas de Estado del Gobierno de Mujica, pues los dos pertenecen al Frente Amplio y convergen en la mayoría de sus ideales.
En materia educativa —una de las debilidades de la gestión de Mujica, como él mismo lo reconoció—, Vázquez propone “becas o bonos” que permitan a los alumnos de colegios administrados por el Estado continuar su escolarización en establecimientos gestionados por privados; propone también sistemas de apoyo para los alumnos, fortalecer la autoridad del Ministerio de Educación y dar mayor asistencia en la transición de la educación primaria a la secundaria.
De igual forma, apuesta por seguir las políticas del actual Gobierno en materia de seguridad.
En relación a la polémica legalización de la marihuana, Vázquez se ha mostrado poco receptivo a la idea original de ofrecerla en farmacias.”Es increíble, pero si la ley lo autoriza así será”, dijo.
A la ceremonia de transmisión del mando, que se celebrará al mediodía en la Plaza de la Independencia frente a la sede de la Presidencia, asistirán quienes encabezarán las delegaciones de sus respectivos países, entre ellos los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Chile, Michelle Bachelet; de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Horacio Cartes; y de Venezuela, Nicolás Maduro, además del jefe de Gobierno de Aruba, Michiel Gotfried Emam, el Rey Felipe VI de España, y el dictador de Cuba, Raúl Castro.
Editado por Elisa Vásquez.