Luego de tres horas de interrogatorio la Policía Federal de Brasil liberó al ex presidente Luiz Inazio Lula da Silva tras haberlo retenido para que rindiera declaraciones sobre el escándalo de corrupción de Petrobras.
Una vez que fue liberado, da Silva se dirigió hacia la sede del Partido de los Trabajadores (PT) en São Paulo.
La Policía registró la mañana de este viernes el domicilio particular del exmandatario, la casa de uno de sus hijos y otras residencias cuya propiedad se atribuye a la familia, en el marco de la Operación Lava Jato.
Según la Policía, existen pruebas de que Lula supuestamente se ha beneficiado de la trama de sobornos de Petrobras, a través de reformas que realizó en su casa de vacaciones; del mismo modo, al parecer hay evidencias de que las campañas del Partido de los Trabajadores y los gastos de da Silva fueron costeados de manera ilícita.
“El ex presidente Lula, además de ser el líder del partido, fue el responsable último de la decisión sobre quiénes serían los directores de Petrobras y fue uno de los principales beneficiarios de estos sobornos”, afirma un comunicado de la Policía.
Los investigadores apuntan a la reforma de dos viviendas que frecuentaba Lula, pagadas por las constructoras Odebrecht y OAS, como una vía por la que el político recibió beneficios ilícitos. Las dos empresas están implicadas en la trama de corrupción de Lava Jato.
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En una rueda de prensa en la que dio detalles de la operación, el fiscal Carlos Fernando Dos Santos Lima, responsable de la investigación del caso de Petrobras, afirmó que el conjunto de indicios contra el exmandatario es “bastante significativo”.
Según el fiscal, el Instituto Lula, presidido por el expresidente, recibió cerca de 20 millones de reales (US$5 millones) en donaciones de las cinco empresas más implicadas en los desvíos en Petrobras.
El fiscal agregó que el exjefe de Estado recibió de esas mismas cinco empresas cerca de 10 millones de reales (US$ 2,5 millones de dólares) como pago por conferencias que dictó tanto en Brasil como en el exterior.
La operación llamada Aletheia, en referencia a la expresión griega que significa “búsqueda de la verdad”, comenzó a las seis de la mañana; en ella participaron unos 200 policías y 30 auditores de Hacienda cumpliendo órdenes judiciales en los estados de São Paulo, Río de Janeiro y Bahia.