La primera operación internacional del caso Lava Jato, que investiga el escándalo de corrupción de Petrobras en Brasil, fue llevada a cabo con la detención del operador financiero Raúl Schmidt en Portugal, quien se encontraba prófugo de la justicia brasileña.
Tras una cooperación oficial entre policías y fiscales de ambos países, Schmidt fue detenido este mismo lunes 21 de marzo en Lisboa, la capital portuguesa.
Schmidt, quien fue detenido en su propio departamento, ubicado en una exclusiva zona de la ciudad, es sospechoso de haber participado en los pagos de sobornos a exdirectores de la empresa Petrobras.
De acuerdo con los medios de comunicación brasileños, el detenido se dio a la fuga y se encontraba escondido en Portugal, donde contaba con la ayuda de familiares debido a que cuenta con la doble nacionalidad brasileño-portuguesa.
Por otra parte, el Ministerio Público del país europeo informó que las autoridades brasileñas ya “manifestaron su intención de iniciar un proceso de extradición” para que Raúl Schmidt responda ante la Justicia de su país.
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La operación Lava Jato forma parte de la mayor investigación contra la corrupción y el lavado de dinero realizada en la historia de Brasil, involucrando a la petrolera estatal Petrobras, empresas constructoras brasileñas y a otros funcionarios de ese país y de América Latina.
Petrobras asegura que los desvíos descubiertos sumaron en un período de 10 años unos US$2.000 millones, pero la Fiscalía calcula que los números pueden ser mayores, ya que, por sus cálculos, la red de corrupción desvió entre el 1% y el 5% de cada contrato firmado por la estatal entre 2004 y 2014.
Entre los investigados por el caso Lava Jato se encuentran el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y miembros del partido de Gobierno, situación que ha “salpicado” de manera negativa a la actual mandataria Dilma Rousseff.
Brasileños piden juicio contra Rousseff
De acuerdo con una encuesta publicada por el diario Folha, el 68% de los brasileños está a favor de que los legisladores voten para llevar a la mandataria a un juicio político.
[adrotate group=”8″]Según el estudio realizado por la agencia Datafolha, el 74% de los encuestados adinerados apoyan la destitución de la presidente de Brasil.
El rechazo al Gobierno se da una vez que Rousseff nombrara a Lula da Silva como ministro de su Gobierno para evitar que el mismo vaya a prisión tras las investigaciones por el caso Lava Jato.
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva es acusado por lavado de dinero, lo cual niega, y asegura que los cargos tienen claras motivaciones políticas.
Fuente: Globo, El Universo.