El senador y excandidato presidencial Bernie Sanders rechaza la posible destitución de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil.
En un comunicado, Sanders instó al Gobierno de Estados Unidos a marcar posición en contra de los esfuerzos por apartar a Rousseff de su cargo.
Sanders señaló estar “profundamente preocupado” por la situación en Brasil y añadió que para muchos brasileños y observadores del controvertido proceso de destitución, este se “asemeja a un golpe de Estado”.
“Después de suspender a la presidenta de Brasil por motivos dudosos, el nuevo gobierno provisional abolió el Ministerio de las mujeres, la igualdad racial y los derechos humanos. Ellos han reemplazado una administración diversa y representativa con un gabinete compuesto por hombres. La nueva administración anunció planes para imponer la austeridad, aumentar la privatización e instalar una agenda de extrema derecha social”, cuestionó Sanders.
El senador dijo además que el esfuerzo para sacar del cargo a la presidenta Rousseff no es un juicio jurídico, sino “político”; al tiempo que criticó al actual mandatario estadounidense de mantenerse en silencio.
“Estados Unidos no puede sentarse en silencio mientras que las instituciones democráticas de uno de nuestros aliados más importantes son socavadas. Hay que levantarse por las familias trabajadoras de Brasil, para que esta controversia sea resuelta con las elecciones democráticas”; señaló.
Cabe destacar que este martes 9 de agosto el senado de Brasil decidirá con votos, si Dilma Rousseff debe ser sometida a juicio de destitución, lo que será una decisión previa para la finalización del período de 13 años con el poder en manos de la Izquierda.
Sanders no es el primer legislador estadounidense en expresar su preocupación por la situación en Brasil: a finales de julio, un grupo de 40 congresistas demócratas escribieron al secretario de Estado, John Kerry, para pedirle que tuviera “el máximo cuidado en sus relaciones con las autoridades interinas de Brasil”.
Fuente: El Telégrafo; El Nuevo Herald