EnglishSeñor Nicolás Maduro:
Tenga la certeza que una vez que su servil discípula, Tibisay Lucena, se digne a entregar la planilla con el formato oficial para recolectar las firmas para revocarlo, en ese preciso momento comenzará su cuenta regresiva. Esté atento, porque a menos que la presidenta del CNE sea secuestrada por los extraterrestres, no podrá demorar ese trámite por mucho tiempo más. La oposición ya lo ha solicitado cuatro veces y lo hará todas las oportunidades que sean necesarias.
Somos millones los venezolanos que deseamos trabajar por la reconstrucción del país. Somos más los que a diario morimos de impotencia por ver el estado de decadencia en la que vive nuestra gente. Recolectar las firmas necesarias para ponerle fecha al revocatorio será sencillo. Sólo hay que pasearse por las interminables filas que cada día deben hacer los venezolanos para ver si consiguen algo de comer, o quizás por algún hospital público donde la gente agoniza ante la falta de medicamentos. Estoy segura de que hay millones, que como yo, sólo están esperando a que les digan dónde, cuándo y cómo hay que poner la firma, porque estamos hartos de la miseria chavista.
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Su campaña anticipada no servirá de mucho. Podrá gastarse todo el dinero que quiera y movilizar a cuánto “malandro” fiel le quede para amedrentar a la gente, pero jamás podrá frenar el deseo de cambio que hay en Venezuela.
Si me pongo a enumerar las razones por las que debe largarse y dejar el poder, quizás deba extender demasiado el texto. Usted, mejor que cualquiera de nosotros las sabe. Usted es una de las consecuencias de la ignorancia encarnada en Hugo Chávez , pero también es culpable de seguir el juego, de radicalizar la miseria y de alimentar sus pretensiones de creer que tenía la capacidad para dirigir un país.
Usted se valió de la ignorancia de mi gente, del culto que enraizaron en la figura del muerto. Hay que ser muy atrevido en la vida para pensar que usted tenía habilidad para gobernar un país, cuando ni siquiera puede pronunciar de manera correcta la palabra cons -pi – ra – ción, así con la “n” y la “s” sonando adecuadamente. Digo esa por mencionar solo una de sus tantas limitaciones. De su ignorancia al hablar y otros defectos podríamos hacer una columna adicional.
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Sin desviarnos mucho del tema, pidan la firma, la huella y hasta una declaración jurada si quieren. Haremos todo lo que sea necesario para que active el mecanismo más expedito para sacarlo del poder. Le ha quedado grande el gentilicio—aunque todavía no me queda claro que sea venezolano— porque hay que querer muy poco a su país, cuando en nombre de una miserable ideología se obliga a la gente a morirse de hambre y a pasar necesidades como perfectamente ha hecho usted con todos los venezolanos.
Ahórrese la lloradera que arma cada vez que se inventa un supuesto plan de magnicidio. Todas esas angustias se le acabarán el día que deje de ser presidente. Todos esperamos que sea muy pronto, eso júrelo, y así podrá volver a ser el cero a la izquierda que nunca debió dejar de ser.
A Tibisay Lucena la podrá tener dominada por un rato más, pero lamentablemente las reglas del juego las pusieron ustedes mismos que juraron que serían eternos y que jamás tendrían resistencia. Dilatar el revocatorio sólo será obligarnos a cambiar el mecanismo, y discúlpeme, sé bien que desde hace rato ya usted no debe dormir como un bebé.
¡Ah! y le tengo otra mala noticia: si no es mediante un referendo revocatorio, todavía quedan algunos mecanismos adicionales —todos dentro de la ley—para sacarlo de Miraflores.
Le quedó grande el país, así como le queda grande la palabra presidente. Tiene el poder, tiene las armas y la anarquía que ha propiciado, pero hace mucho que no tiene la gente. Cuéntese, mídase en las urnas si está tan seguro de que tiene el respaldo.
A este punto su única salida es seguir amenzando a la gente con una rebelión. No sea miserable, ya bastante miedo tiene la gente de que la maten, la roben o la secuestren en cualquier lugar del país, en manos de alguno de los delincuentes que crió la Revolución bajo la mirada impune del Gobierno chavista.
Firmaré una y mil veces si es necesario, así como firmarán los venezolanos que desean un mejor país. Deje la cobardía, deje que Tibisay Lucena entregue la planilla y que la oposición haga su trabajo de recolectar las firmas. Eso sí, hágalo con la certeza de que en ese preciso momento se activa su cuenta regresiva.
Nos vemos en las urnas, el día que me toque revocarlo…