EnglishVenezuela se está convirtiendo en un líder emergente del mercado de la clarividencia fiscal.
A principios de este mes, un juez de Caracas sentenció que Leopoldo López, preso político de la oposición venezolana, debía enfrentar un juicio por supuesta emisión de “mensajes subliminales”: El fiscal dijo que estos mensajes invitaban a la violencia generalizada, y que habían causado la ola de protestas que actualmente sacude a Venezuela.
López, que se entregó a las fuerzas de seguridad en febrero, insiste en su inocencia. Pero los fiscales dicen que lograron descifrar los mensajes subliminales de López y que pueden probar que las llamadas a la protesta pacífica fueron, de hecho, parte de un plan más amplio y siniestro, apoyado por Estados Unidos, para derrocar al régimen socialista de Venezuela.
Esta no es la primera vez que Venezuela ha utilizado a oráculos semánticos para seguir el rastro de un intento de golpe. En mayo, el ministro de Comunicación e Información denunció un complot político relacionado que involucraba al gigante de la televisión por satélite DirecTV. De acuerdo al ministro, un comercial de DirecTV sobre la Copa del Mundo de 2014 contenía mensajes subliminales que le hacían un guiño telepático a los manifestantes de la oposición venezolana.
“A través de la revisión minuciosa de una de sus cuñas promocionales se pudo detectar ciertos elementos que tendrían la intención de alimentar el desprestigio y la guerra psicológica que avasalla a Venezuela desde el pasado 12 de febrero con el fin de justificar una intervención foránea”, dice el comunicado del ministerio.
Dada la magnitud del juicio de López, que se espera que comience en agosto, la controversia sobre DirecTV ofrece una oportuna invitación para revisar cómo el Estado construye un caso de manipulación subliminal.
De especial interés son los cinco primeros segundos del spot de 30 segundos de DirecTV, que el ministerio dice incluye tres mensajes subliminales consecutivos. Cada uno de los mensajes se revisa a continuación, sobre la base del análisis escrito del Ministerio, así como de un análisis de vídeo que lo acompaña y que fue emitido en la televisión estatal.
Anexo uno
El comercial de DirecTV se abre con la imagen de un joven de rodillas en el borde de una carretera. Lleva una bandera como capa y tiene las manos extendidas, aparentemente rogándole a un autobús que pasa que lo lleve a la Copa del Mundo.
El Ministerio admite que no puede decir con certeza si la bandera atada alrededor de los hombros del joven es venezolana: También podría ser colombiana o ecuatoriana. Sin embargo, según el ministerio el mensaje es claramente sugestivo, ya que los manifestantes de la oposición en Venezuela son conocidos por vestir banderas venezolanas de la misma manera. Por otra parte, el ministerio dice que hay evidencia documentada de que algunos manifestantes venezolanos que se arrodillan en poses similares a la del joven en el comercial.
El análisis de vídeo del spot de DirecTV busca eliminar cualquier escepticismo que pudiese ocasionar la ambigüedad sobre la procedencia de la bandera comparando una imagen estática de la carretera en la que el joven aparece arrodillado a una imagen de la Troncal 10, una carretera que pasa a través de la Gran Sabana de Venezuela.
Las dos imágenes son, de hecho, sorprendentemente diferentes. Pero esto no es evidente por sí mismo en el vídeo, ya que las imágenes completas de las dos carreteras aparecen lado a lado por menos de un segundo.
Anexo dos
El segundo mensaje subliminal en el comercial de DirecTV, según el ministerio, se deriva de la imagen de un aficionado al fútbol poniéndose una máscara pintada que se parece a la bandera de Chile.
Esto puede no parecer sospechoso, ya que la bandera no es venezolana, ni colombiana o ecuatoriana. Sin embargo, el ministerio señala que si se hace una búsqueda de imágenes en Google de “fans de Chile”, “fanáticos chilenos” o “máscara de Chile”, los resultados no muestran ninguna máscara pintada que se parezca a una bandera chilena. Esto, sumado al hecho de que algunos de los manifestantes de la oposición en Venezuela han usado la muy conocida máscara de “Anonymous/Guy Fawkes” adornada con una bandera venezolana, implica, según el ministerio, que el mensaje secreto no puede ser más claro.
No importa que la máscara utilizada en el comercial de DirecTV claramente no es la máscara de Anonymous/Guy Fawkes, o que con la fiebre del Mundial de fútbol los chilenos de todas las edades se estén pintando banderas en la cara para apoyar al equipo nacional.
Anexo tres
En el tercer mensaje subliminal plantado por DirecTV, según el ministerio, se muestra a un aficionado al fútbol corriendo desnudo, bandera en mano, por una calle de una ciudad.
De nuevo, no se puede estar seguro de si la bandera es venezolana, colombiana o ecuatoriana. Pero el ministerio dice que el hecho de que alguien esté corriendo desnudo y esquivando el tráfico en el comercial es una obvia referencia a la reciente campaña que invita a los venezolanos a publicar fotos de sí mismos desnudos en las redes sociales. La campaña fue organizada para mostrar solidaridad con los manifestantes estudiantiles que fueron desnudados y golpeados por grupos paramilitares progubernamentales.
El ministerio no menciona que desnudarse en mega-eventos se ha convertido en una especie de tradición global, enfocándose en los matices supuestamente políticos de la escena y señalando que el muchacho desnudo en el comercial de DirecTV parece ser detenido por oficiales de policía, que parecen vestir un uniforme que parece ser similar al de la policía venezolana.
Aparentemente, se trata de un caso cerrado inmediatamente después de abierto.
La correlación no implica causación: El caso Leopoldo López
Los mensajes subliminales nunca son evidentes por sí mismos. Por definición, ocurren “por debajo del umbral del reconocimiento consciente”, y por lo tanto sólo pueden ser detectados por determinadas personas que, por su formación o el destino, son inmunes a su poder.
Al llevar su caso contra DirecTV a la corte de la opinión popular, el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información de Venezuela se basa en conjeturas sumamente débiles de individuos que no tienen credenciales en semiótica o psicología. El análisis de vídeo del spot de DirecTV fue narrado por Miguel Ángel Pérez Pirela, un graduado en Filosofía cuya máxima contribución al paisaje semántico de Venezuela parece ser su campaña personal para re-etiquetar a los manifestantes de la oposición de Venezuela como terroristas.
Uno esperaría estándares de evidencia más altos para el caso López. Sin embargo, El Nacional informa que los dos expertos asignados para analizar el discurso de López (incluyendo tres presentaciones públicas y su cuenta de Twitter) también parecen carecer de experiencia relevante, aunque —como Pérez Pirela— son conocidos por ser chavistas leales.
Según los fiscales venezolanos, los mensajes subliminales supuestamente emitidos por López “ejercieron una fuerte influencia, no sólo en la manera de pensar, sino también en las acciones potenciales” de los manifestantes. Pero incluso si se hubiesen transmitido mensajes subliminales, el hecho es que la correlación no implica causación.
Innumerables estudios han desacreditado el mito de la manipulación subliminal; y la mayoría de los expertos coinciden en que si los mensajes subliminales funcionan en alguna medida, lo hacen sólo en casos particulares en los que los receptores ya están predispuestos a actuar de acuerdo con el mensaje que se ofrece, complicando así la evaluación de la culpabilidad.
El que Leopoldo López irá a juicio a pesar de todo esto solo sirve para reforzar la creciente preocupación internacional en cuanto a que el ordenamiento jurídico venezolano, en palabras de la Comisión Internacional de Juristas (CIJ), se encuentra en la cúspide de una peligrosa “espiral descendiente”.
Cuando el estado de derecho cede a la superstición, los oráculos se hacen del poder absoluto.