EnglishHacking Team cuenta decenas de clientes alrededor del mundo; en su mayoría son Gobiernos de países donde los líderes autoritarios pueden trabajar con tranquilidad. A diferencia de los casos de México, Panamá, Honduras, Ecuador y Chile, incluidos en la lista de clientes de Hacking Team, Argentina aún no figura entre ellos.
Sin embargo, dos empresarios argentinos dedicados a la venta de equipos de seguridad y vigilancia iniciaron contactos, a comienzos de año, entre la empresa con sede en Milán, Italia, con la aspiración de celebrar reuniones con diversos organismos de inteligencia y defensa argentinos, como Gendermería o la recién creada Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y poder venderle las soluciones informáticas de la compañía italiana.
La información se desprende de la filtración de más de 400 gigabytes de datos correspondientes a la compañía italiana Hacking Team, proveedora de soluciones de espionaje y vigilancia a varios de los Gobiernos más autoritarios del mundo. Llamada “enemigos de internet” por Reporteros sin Fronteras, la compañía italiana que vende un sistema que promete “evadir cualquier encriptación” recibió una dosis de su propia medicina cuando el pasado 5 de julio se divulgó la información.
Si bien hasta el momento no hay pruebas concretas de que alguna agencia del Gobierno argentino haya adquirido tecnología de la compañía, los correos electrónicos revelan que una delegación de la compañía italiana se reunirá en Buenos Aires con autoridades de la Gendarmería Nacional, y probablemente la AFI y el Ministerio Público Fiscal, entre otras.
Hacking Team se ha convertido en proveedor global precisamente gracias a una herramienta que facilita a los Gobiernos —solo hace negocios con ellos, afirma su política de clíentes— la posibilidad de interferir comunicaciones de todo tipo. La perla se llama Remote Control System Galileo, un software que permite infiltrar a distancia a cualquier tipo de dispositivo, fijo o móvil, y evadir cualquier mecanismos de protección como la criptografía o los antivirus, según el anuncio promocional.
Alejandro “Alex” Lawson es CEO de Global Interactive Group SRL, una compañía destinada proveer equipamiento de vigilancia, espionaje y contraespionaje, es uno de los vínculos que mantiene Hacking Team con agencias argentinas. Es una modalidad habitual para la empresa italiana trabajar con socios locales que los pongan en contacto con agencias gubernamentales de todo el mundo. Hasta el momento, Chile es el país que celebró el contrato más importante con Hacking Team, por US$2,85 millones.
Lawson, quien aparentemente conoció a representantes de Hacking Team durante la edición 2015 de la feria brasileña LAAD de seguridad, se comunicó por primera vez mediante correo electrónico el 21 de abril con la compañía italiana y le ofrece tentadoras ofertas de concertar reuniones con el Ejército, Gendarmería, Prefectura, Policía Federal, Policía de las diferentes provincias y la AFI.
Lo que Lawson todavía no sabía es que unas semanas antes Nicolás Ruggiero, dueño de Tamce S.A., competidora en el mismo sector que Global Interactive Group, ya había comenzado las negociaciones para acercar al director de la AFI, Oscar Parrili —uno de los funcionarios más cercanos a la presidenta, Cristina Kirchner— con representantes de Hacking Team.
En marzo, Ruggiero se puso en contacto con los italianos para presentarle la oportunidad de hacer negocios con la AFI, que había sido creada dos meses antes tras las guerras intestinas en el organismo y la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman. Para esa fecha, la presidenta ya había sido cuestionada por nombrar a espías activistas progobierno tras una filtración publicada por la revista argentina Noticias.
Tras la visita de Ruggiero a la AFI, el empresario argentino reporta a la agencia la situación actual. El nombre de Pegasus, un sistema que compite con Galileo producido por la israelí NSO Group, ya recorre los pasillos de la AFI. Sin embargo, asegura que su presentación fue recibida con con interés, especialmente porque hizo énfasis en que la procedencia italiana de la compañía; “donde nuestros servicios de inteligencia tienen afinidad”, en contraposición a los de Alemania, Estados Unidos e Israel, agrega.
Ruggiero afirma que “lleva años” haciendo negocios con los Gobiernos, y promete: “voy a comenzar a averiguar para ver qué ventaja podemos sacar, que tan relacionado [el competidor] están a Presidencia de la Nación, que ahí es donde se definen ‘estos temas’ y nosotros tenemos buenos amigos ahí dentro”.
Finalmente Philippe Vinci, vicepresidente de Desarrollo de Negocios en Hacking Team, coordina un viaje a Argentina, en el cual también visitará Chile, para hacer presentaciones sobre sus productos de espionaje ante los organismos que les presenten Ruggiero y Lawson. Hasta el momento, Lawson confirmó que un presunto comandante de Gendarmería, Jorge Antonio Dominguez, ya dio el visto bueno para que los italianos ofrezcan una demostración de lo alcances de la tecnología.
Además, entre ambos argentinos esperan concretar reuniones para comercializar Galileo a otros organismos como el Ejército, la AFI, y el Ministerio Público Fiscal, el organismo responsable de las escuchas telefónicas ordenadas judicialmente, luego de la reforma de enero.
Las fuerzas de seguridad han sido cuestionadas en el pasado por la extralimitación de sus funciones y el desarrollo de inteligencia interna, algo que está prohibido por la ley. No es casualidad que sea Gendarmería el organismo más ansioso para reunirse con Hacking Team; la fuerza de naturaleza militar fue noticia en el 2012 cuando se reveló la existencia de un programa de vigilancia a unidades dirigentes sindicales no peronistas, piqueteros, y otros activistas opositores al Gobierno. Aunque no es el único caso.
No sería su primera visita. En 2012, representantes de Hacking Team se reunieron con autoridades de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación, la Unidad de Investigaciones complejas del Ministerio Público Fiscal y del Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires. En ese momento el interlocutor era Carlos Zoratto, un expolicía que tras su salida de las fuerzas de seguridad abrió una empresa vinculada con su antiguo rubro.
Tanto Ruggiero como Lawson ya se reunieron en las oficinas de Hacking Team en Milán durante el mes de junio. Separados por unos días de distancia, ambos concurrieron a Europa por motivos diferentes. Hasta ahora la única certeza es que en septiembre tenían planificado aterrizar en Buenos Aires para llevar adelante demostraciones de las capacidades de sus programas de espionaje.