EnglishCorregir el rumbo de un país que estuvo entre las siete potencias económicas más grandes del mundo a principios del siglo pasado, y hoy languidece, parece una tarea titánica. La historia argentina podría explicarse como la historia del auge y caída del pensamiento liberal que se originó con la Constitución de 1853, redactada por Juan Bautista Alberdi. Recuperar aquel legado parece, por estos tiempos, una misión imposible.
Pero Eduardo Marty, de 63 años, presidente de la recientemente lanzada Fundación para la Responsabilidad Intelectual (FRI), no cree que cambiar a Argentina sea una tarea imposible, aunque reconoce que se requiere mucho más que ir simplemente a escuchar a un conferencista o asistir a un curso sobre oratoria. Para él, es necesario asumir lo que denomina “responsabilidad intelectual”.
“Es la idea de que cada persona tiene que dedicar tiempo a elaborar su propio código de valores, su propia moral, tanto a nivel individual como a nivel social”. Así define Marty el concepto de responsabilidad intelectual presente en el nombre de la fundación.
“Lo que intentamos es enfatizar el tema de que uno debe reflexionar y pensar sobre cuáles son los valores y las metas que se propone alcanzar en su vida. Y cómo, a su vez, debe funcionar la sociedad en la cual te ha tocado vivir”, sintetiza sobre el propósito de la FRI.
Es un regreso al enfoque integral que incorporaba valores éticos y el estudio de la filosofía como parte fundamental del estudio entre los principales exponentes del liberalismo de los últimos dos siglos. Desde La Teoría de los Sentimientos Morales, de Adam Smith, hasta La Virtud del Egoísmo, de Ayn Rand, la ética y la filosofía, junto con la economía, gravitaron en el pensamiento liberal. No es casualidad que Marty sea uno de los principales difusores del objetivismo de Rand en Argentina.
Planteado como un camino de autosuperación individual en el proceso de lograr una sociedad libre, Marty destaca como factor principal el “esfuerzo”.
“No es sencillo el desarrollo tanto individual como el de una comunidad: requiere esfuerzo”, dice, “Y si uno no focaliza sobre esos temas, no le dedica tiempo o energía a tratar de entender cuáles son esas metodologías, no lo va adquirir por osmosis, y es muy probable que muchos esfuerzos se vean frustrados como consecuencia de eso”.
Marty considera la emigración hacia otros países una cuestión de último recurso y alienta a enfrentarse a los problemas. “Hay que enfrentarlos dónde estás y tratar de que manera podes resolverlo”, dice Marty.
Vehículos de canalización
“No hay vehículos para que la gente canalice su deseo de participación” cultural y política, diagnostica Marty. Critica la escasa participación que permite la democracia —en América Latina, y en el mundo— donde a los ciudadanos “se le da la opción de votar cada determinada cantidad de tiempo y después como mucho se les invita a participar en actos políticos o culturales”.
Canchas de fútbol en Argentina nunca faltan, pero sobre temas como política, cultura y ética, “no hay mecanismos de participación ciudadana”, señala Marty. Con incorporar los conocimientos no es suficiente; “una vez que se incorporan uno dice ‘¿qué hago con esto?”, agrega.
Desde su concepción, la FRI plantea un modelo alternativo a los think tanks tradicionales. Los institutos de políticas públicas suelen solicitar donaciones a sus aportantes y las destinan a equipos de trabajo que desarrollan la tarea de la institución. En este caso, explica Marty, cada integrante de la organización tiene “la obligación de producir material intelectual”.
“Los métodos son sencillos: escribir artículos, filmar videos, y eventualmente organizar ferias o eventos con participación masiva”, enumera. Aunque no se trata de una lista muy exhaustiva; en la época de las redes sociales “el público te va guiando a encontrar cuál es el vehículo adecuado para provocar cambios culturales”, reflexiona Marty. “Vamos a ir explorando esto”.
Y calcula: “Queremos mil socios, con la idea de que cada uno de ellos realice un trabajo [mensual], 12.000 presentaciones [por año] a favor de las ideas sobre la libertad o ideas que contribuyan a mejorar la autoestima y productividad individual por año”.
“Eso multiplica geometricamente la cantidad de exponentes que van a estar dando la batalla cultural”, se entusiasma.
Para lograrlo propone la recopilación y traducción de “la bibliografía angloamericana, que dentro del sistema educativo argentino no está disponible ni es de fácil acceso”. En una probable referencia a obras de los filósofos canadiense-americanos Stephen Hicks y Leonard Peikoff, o de los economistas Ludwig von Mises y Murray Rothbard.
En un segundo paso, Marty explica como se da la interacción con esos textos. “Ideamos un método de participación activa que implica lectura y discusión”, a través de seminarios socráticos, explica. “Una vez incorporado ese conocimiento [el objetivo es] facilitarle a los miembros métodos de participación que lleguen a la opinión pública”, dice Marty.
Un camino personal
No todo es sobre el conocimiento. “Una persona que tiene poca confianza en su proceso de toma de decisiones y no se siente productiva, es muy poco propensa a preocuparse por el marco jurídico, porque además siente que no tiene la menor oportunidad de influir en nada”. Esta es la premisa sobre la que Marty fundamenta el aspecto más particular de la iniciativa.
“Si estás viviendo de dádivas tu autoestima se cae, y al caerse tu autoestima dejas de protegerte, y de sentir que tu vida es valiosa. Entras en una cadena descendente”, sostiene Marty.
“Eso implica tomar riesgos, perseverar, hacer las cosas”, advierte. Reinterpretando el dicho popular estadounidense “la libertad no es gratis”, Marty enfatiza: “[Requiere] un poquito de plata y un poquito de tiempo”.
Tras 25 años al frente de Junior Achievement (JA), una ONG dedicada a “generar en los jóvenes el espíritu emprendedor que les permita alcanzar sus metas en un marco de responsabilidad y libertad”, Marty le impregna parte del espíritu de JA a este nuevo proyecto.
Expansión regional
El primer seminario organizado por FRI se celebró en julio en un hotel de Buenos Aires. La próxima presentación de la institución será en Miami, con un seminario que se desarrollara en septiembre y en el que participarán 60 intelectuales. La idea de Marty es comenzar por Buenos Aires pero eventualmente expandir el alcance de FRI a otros países. Asegura haber recibido contactos de México y Sao Paulo (Brasil).
“Yo creo que hay un mercado cultural enorme que busca encontrar ideas satisfactorias que respondan a las grandes inquietudes de nuestro tiempo”, sentenció.