EnglishDe manera extraoficial un diario venezolano informó que la televisora venezolana de señal abierta Venevisión —la cadena de mayor alcance en el país— había sido vendida al gobierno venezolano por decisión de su dueño, el magnate Gustavo Cisneros, y que a partir del primero de enero del 2015 el canal estaría bajo el control del Estado. Sin embargo la directiva del canal ha desmentido tales afirmaciones.
“El emblemático y popular canal de televisión venezolano Venevisión, perteneciente a la Organización Cisneros y presidido por el magnate Gustavo Cisneros, quien posee el 100% de las acciones, pasará a manos del actual régimen que dirige Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela”, aseguró el periodista Diego Kapeky el pasado domingo en el diario La Voz.
También señaló que tres estudios televisivos de Venevisión pasarían a manos del Estado por un monto de US$6 millones.
Sin embargo, la directora ejecutiva del Grupo Cisneros, Adriana Cisneros, desmintió la noticia por medio de su cuenta de Twitter al publicar un corto mensaje: “Venevisión no está a la venta”.
Venevision no esta a la venta.
— Adriana Cisneros (@cisnerosadriana) August 10, 2014
Hasta el momento, se especula que una eventual transferencia de Venevisión, fundado en 1961, sería similar a la del canal informativo Globovisión, el cual, después de cambiar de dueños, mantuvo parte de su programación pero con un claro giro en su línea editorial. Esto significó una drástica disminución del espacio crítico al gobierno en los medios de comunicación, así como masivos despidos y la renuncia de empleados.
Carlos Correa, coordinador general de Espacio Público, una ONG defensora de derechos humanos y libertad de expresión, explicó a PanAm Post que la sociedad venezolana está “curada de espanto”, y que está acostumbrada a este tipo de rumores y a desconfiar de las declaraciones oficiales, tanto del Estado como de la empresa privada. Esta incredulidad se fundamenta además en la venta de otros medios de comunicación privados como El Universal y la Cadena Capriles.
“Anteriormente, el proceso de venta de otros medios ha sido poco transparente, lo cual genera mayor incertidumbre. Y en el último momento se conoce la historia real, si es que se llegar a conocer del todo. Por ejemplo, en el caso del periódico El Universal no se sabe aún quiénes son nuevos los dueños”, explicó.
Una fuente confidencial comentó a PanAm Post que entre los empleados de Venevisión se comenta que el rumor de venta fue iniciado en Miami por antiguos dirigentes políticos de la oposición, con la intención de dañar la imagen del canal.
Venevisión ha sido fuertemente criticada por abstenerse de informar sobre hechos que puedan desprestigiar el gobierno de Nicolás Maduro y enfocar su programación a espacios de entretenimiento. Sin embargo, el rumor de su venta preocupa a sectores de oposición al gobierno venezolano.
Correa explicó que en el espectro audiovisual nacional el área generalista (de canales como Venevisión) apostó por un “equilibro” desde el año 2004, y por tanto retiraron sus programas de opinión y prefirieron dedicarse a los programas de entretenimiento y variedades.
“En el caso de Venevisión, este canal tiene muchísima audiencia, pero miden con cautela cada tiempo que le dan a la oposición y son muy cuidadosos con sus críticas gubernamentales. Una venta de este tipo significaría aún menos espacio en los medios de comunicación para el pensamiento diverso y crítico”, sentenció el activista.
La autocensura y la historia reciente de Venevisión
Hasta el 2002 la extinta televisora RCTV, como Venevisión, mantuvo una actitud crítica hacia el gobierno. Durante el intento de golpe de Estado a Hugo Chávez en ese mismo año, los medios de comunicación —entre ellos Venevisión— tuvieron un rol protagónico, al supuestamente autocensurar las noticias concernientes al golpe y ser acusados de ser de los principales instigadores del mismo.
Después del golpe fallido, Hugo Chávez tomó la decisión no renovar la licencia de transmisión de RCTV en el espectro radioeléctrico nacional, al evaular “su actitud permanente de atropello a la moral pública y comprobar que se convirtió en una amenaza para el país”. Tal situación contrastó con el hecho de que el régimen chavista le permitió al grupo de Gustavo Cisneros renovar sus permisos de transmisión.
Después de ello, surgió la pregunta: ¿por qué Hugo Chávez “olvidó” las acciones de parte de Venevisión y le permitió seguir transmitiendo su señal?
A partir de una reunión en 2004 entre Gustavo Cisneros y Hugo Chávez —con el expresidente estadounidense Jimmy Carter como mediador—, la televisora aprendió a convivir con el régimen chavista al cambiar radicalmente su línea editorial y dejar de ser crítica al gobierno de Venezuela.
Según un artículo del New York Times, a partir de esa reunión Cisneros pasó de ser uno de los líderes de la oposición contra Chávez a ser uno de sus principales aliados.
“Si uno se va del aire, entonces la democracia pierde”, expresó Cisneros en una entrevista en la que defendía su cercanía a Hugo Chávez. “Decidimos que necesitábamos recuperarnos” continuó Cisneros y mencionó el consejo que le dio sobre el tema el escritor mexicano Carlos Fuentes. “Y la manera de recuperarnos era decir ‘Suficiente, no podemos ser parte de la historia o jugar un rol en la política, pero podemos reportar la historia día con día’”.
Como ejemplo de ese cambio sustancial se cambiaron programas de noticias y análisis matinales por shows de astrología y se le dio prioridad a la producción y transmisión de telenovelas nocturnas en detrimento de noticieros.
Durante las elecciones presidenciales de 2006 en Venezuela, Venevisión dedicó el 84% de su cobertura política a la campaña del oficialismo, y el resto a la oposición, según reporta un informe elaborado por los observadores de la Unión Europea.