EnglishEl 1 de noviembre comenzó la temporada de compras navideñas en Venezuela. La Superintendencia de Precios Justos (Sundde) lanzó el Plan Feliz Navidad, y llevó la iniciativa a las redes sociales, donde la promocionó utilizando los hashtags #NavidadAPreciosJustos y #NavidadesFelices.
El plan coincide con la estrategia económica del Gobierno, conocido informalmente como el Dakazo, que ordena a los comercios a mantener “precios justos” en productos clave. La idea es proteger el poder adquisitivo del bono navideño de fin de año que los empleadores venezolanos están obligados a pagar a los trabajadores.
Para asegurarse de que la política se esté cumpliendo, el presidente Nicolás Maduro ordenó auditorías en todo el país. El Gobierno envió Círculos de Lucha —grupos de inspección integrados por 27.100 inspectores, 700 abogados y oficiales militares— para certificar que las ventas se realizan a los precios fijados por el Gobierno.
Solo el 31 de octubre el Gobierno realizó 331 auditorías, según confirmó Sundde a través de su cuenta oficial de Twitter.
#EnVivo @andreseloypsuv 331 fiscalizaciones en todo el pais dan inicio a #NavidadesFelices" @VillegasPoljakE pic.twitter.com/QlGv5RJx3T
— Sundde (@sundde_ve) November 1, 2014
“El Plan está dando sus frutos. No le vamos a permitir a los dueños de las tiendas que especulen y jueguen con el salario y los aguinaldos del pueblo, ese salario hay que defenderlo”, dijo el Superintendente de Precios Justos Andrés Eloy Méndez.
De acuerdo al Gobierno venezolano, las auditorías tienen el propósito de evitar que las empresas se conviertan en monopolios o que participen en la especulación de precios. Las muñecas Barbie, por ejemplo, eran vendidas antes de las auditorías en Venezuela por 2.999 Bs. (US$29,39), ahora se venden a 533 Bs. (US$5,42).
Los inspectores están también a la búsqueda de productos sin las etiquetas de precio, facturas irregulares, márgenes de beneficio “especulativos” o falta de políticas de estructura de costos y rotación de inventarios.
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Los auditores planean visitar los centros comerciales del país e inspeccionar cualquier comercio que podría vender artículos relacionados a la temporada de compras navideñas, incluyendo productos de comida e higiene. También se asegurarán de que cada producto esté marcado de acuerdo a su Precio Máximo de Venta Justo (PMVJ).
De acuerdo con el ministro de Finanzas, Rodolfo Marco Torres, las ferias de todo el país concordaron el uso del escaner biométrico en el marco del Plan Feliz Navidad, para asegurarse de que “la comida llegue a todas las familias venezolanas”.
Sin embargo, Mauricio Tancredi, presidente del Consejo Nacional de Comercio y Servicios, dijo que las auditorías y las ventas obligatorias en el año 2013 condujeron a la escasez y a la falta de inversión en las empresas. Sugirió además que los dueños de negocios que cooperan con las autoridades están preocupados por los efectos futuros de estas auditorías.
Escasez de libertad económica
En 2013, el presidente Maduro ordenó que fuerzas militares ocuparan la cadena electrónica minorista Daka, obligándola a vender a “precios justos”.
Las autoridades arrestaron a los gerentes de Daka y fueron acusados de manipulación de los precios. Cientos de venezolanos se apresuraron para ir a las tiendas con la esperanza de comprar productos electrónicos “en oferta”. El Estado redujo el precio de los aparatos de cocina, por ejemplo, en un 77%. Un año después del Dakazo, la cadena minorista aún se tiene que recuperar: los inventarios son bajos, los productos son escasos y el número de empleados se ha reducido significativamente.
Una situación similar ocurrió el viernes 31 de octubre en la tienda de General Import en el centro de Caracas. Después de que el presidente Maduro anunciara las ofertas a través de una cadena nacional, el público se apresuró y formó filas fuera de la tienda, a pesar de que permaneció cerrada todo el fin de semana.
Las puertas abrieron el lunes 3 de noviembre a las 5 a.m., hora local, y más de 600 personas entraron a la tienda para hacer sus compras a precios emitidos por el Gobierno. Los oficiales militares supervisaron las ventas, limitando a los clientes a llevar tres artículos por persona y solo un producto de cada tipo.
Los clientes se quejaron de la falta de productos en la tienda, especialmente por la escasez de muñecas populares. Para el miércoles, todas las muñecas Barbie y los juguetes Max Steel vendidos al precio regulado se agotaron en los ocho almacenes de la empresa venezolana General Import.