
EnglishColombia anunció la incorporación de 32 vehículos blindados de combate para ser utilizados en la frontera con Venezuela. Las Fuerzas Armadas detallaron en un informe que la nueva unidad táctica y los equipos serán utilizados para combatir grupos armados ilegales en la zona fronteriza, calificada por el medio español El País como “uno de los siete infiernos en la Tierra”.
“Las Fuerzas Armadas colombianas son hoy más fuertes, más modernas y capaces de enfrentar los retos del presente y los del futuro próximo”, dijo el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, en un comunicado de prensa, el 22 de enero.
Los nuevos equipos son de fabricación canadiense, de tracción 8×8 y tuvieron un costo de US$84 millones. Esta compra forma parte de un proceso de modernización y transformación de las Fuerzas Armadas colombianas, que desde hace 30 años no adquiría armamento de este tipo.
El nuevo equipamiento será administrado por la Fuerza de Tarea de Armas Combinadas y Medianas del Ejército, una unidad militar ubicada en el municipio de Distracción, en el departamento de Guajira, fronterizo con Venezuela. Cada uno de los nuevos carros tiene la capacidad de transportar a 11 soldados completamente armados y equipados, tiene un sistema digital de control remoto para accionar armamento desde su interior, también un sofisticado sistema antiminas y de absorción de explosiones.
Nueva unidad del @COL_EJERCITO estará ubicada en el Cantón Militar de #Buenavista en #LaGuajira cc @LAGUAJIRAGOB pic.twitter.com/7sRHWYn8dD
— Mindefensa (@mindefensa) January 24, 2015
“Nuestro Ejército (…) ha adquirido unos carros de combate que deben garantizar la seguridad, la paz, la tranquilidad, la protección de la infraestructura, la protección de los recursos naturales y, por supuesto, la defensa de la Constitución”, complementó Pinzón en el comunicado de la institución castrense.
Esta nueva compra pertenece a un plan de defensa que comenzó en el 2011 con el Impuesto al Patrimonio Anterior, cuyos tributos permitieron la compra de los vehículos.
Iván Cepeda, senador de Colombia y defensor del Proceso de Paz, expresó que no es coherente que las Fuerzas Armadas estén adquiriendo más equipo bélico mientras por otro lado se mantienen pláticas de paz con las FARC.
“El anuncio de búsqueda del cese bilateral y definitivo de hostilidades implica, entre otras medidas, detener la carrera armamentista y dejar de suscribir tratados militares internacionales”, señaló.
Además de estos vehículos, Guillermo León, comandante de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), anunció el viernes 23 que su país comprará nuevos aviones para reemplazar otros que en el pasado provocaron accidentes por problemas técnicos. Este proceso de compra tardará cuatro o cinco años y aún no se conoce el detalle técnico de los aviones a adquirir.
“Nuevo equipo no significa confrontación”
Diana Quintero, viceministra de Defensa en Colombia, expresó en el programa radial Mañanas BLU que esta última compra no significa que el país tome una posición ofensiva.
“Colombia no tiene una postura ofensiva y van a ser utilizados para proteger la infraestructura”, agregó, aunque no descartó que este nuevo armamento le permite tener una posición de protección en la zona fronteriza.
#FuerzasArmadas demuestran grandes capacidades e invaluables compromisos en temas de justicia social en escenarios de postconflicto
— Mindefensa (@mindefensa) January 26, 2015
“En realidad este es un tema de pensar en una fuerza militar siempre fuerte, siempre lista para proteger al colombiano de cualquier tipo de amenaza de distinta índole”, agregó después de especificar que ese equipo puede ser usado en todo el territorio colombiano para la protección tanto de carreteras o infraestructura como del medio ambiente.
“Si pensamos en un futuro más allá del posconflicto, pensemos en cualquier país que no tiene un conflicto interno pero que tiene una posición importante en cualquier región del mundo, que necesita su Ejército”, añadió la viceministra.
Nuevas armas en el camino a la paz de Colombia
Agustín Laje Arrigoni, escritor, director del Centro de Estudios Libre en Argentina y egresado del Center of Hemispheric Defense Studies de la National Defense University de Washington DC, opinó para PanAm Post que el proceso de Paz con las FARC no debería implicar un descuido en la capacidad bélica del ejército de Colombia.
“En otros tiempos de la historia colombiana ya se ha visto cómo las FARC han usado los procesos de paz como estrategia paradójicamente ofensiva: vieron que los procesos de Paz bajaban la capacidad operativa (ofensiva y defensiva) de las fuerzas legales y era entonces cuando las FARC volvían a la carga”.
En otros tiempos de la historia colombiana ya se ha visto cómo las FARC han usado los procesos de paz como estrategia paradójicamente ofensiva
Laje se refiere a lo ocurrido durante la administración de Andrés Pastrana (1998-2002) en la que las FARC se fortalecieron durante el período en el que se llevaron a cabo pláticas de paz, por hechos como el otorgamiento de parte del Gobierno de una Zona de Distensión o Zona desmilitarizada.
Laje añade que muchas veces una guerra contra el terrorismo es a veces más ideológica que bélica y cita a Mao: “la guerrilla se debe mover en el pueblo como el pez en el agua” al resumir una de las características principales de las guerras asimétricas: a menudo la balanza se inclina a favor de quienes han conquistado “el corazón del pueblo” más que del lado de aquellos que más armamento han juntado, tal como ocurrió en Vietnam.
Vicente Torrijos, profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, expresó al medio colombiano Pulzo que este momento le es muy estratégico al ejército colombiano brindarle más potencia a su Fuerza Armada.
El académico mencionó que, de acabar el conflicto, existirán vacíos de poder que las FARC dejaran en varios puntos de Colombia, “Surgirán amenazas muy poderosas, aun partiendo de la base que las FARC van a negociar sinceramente, que se van a desmovilizar, que se van a desarmar, que se van a reintegrar”, manifestó.