Ernesto Fonseca, alias “Don Neto”, un veterano capo de la droga, fundador del cártel de Guadalajara y sentenciado por el asesinato de un agente de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) en 1985, podrá continuar su larga condena en prisión domiciliaria, informó el miércoles el Gobierno de México.
Fonseca fue sentenciado a 40 años de cárcel, de los cuales cumplió 30 en la prisión federal de Puente Grande, ubicada en el occidental estado de Jalisco, donde operaba el cártel en la década de 1980.
“Por mandato del juez se nos ordena, se nos instruye que pueda darse libertad para seguir su proceso en domicilio”, dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. La decisión fue ordenada por un juez federal tras recibir una petición de la defensa de Fonseca, que solicitó prisión domiciliaria tanto por la avanzada edad de su cliente, de 85 años, como por sus problemas de salud.
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Yoanna Fonseca, hija de “Don Neto”, dijo a Reuters vía telefónica que ni ella ni el abogado de su padre habían sido notificados de esta decisión, pero que su padre iría a un domicilio ubicado en el central Estado de México. “Ya se propuso un domicilio y se calificó como idóneo”, dijo la mujer, quien además aseguró que su padre “tiene varios padecimientos, uno de ellos posiblemente cáncer”.
Ernesto Fonseca: precursor de la droga en México
Fonseca fue uno de los fundadores del cártel de Guadalajara -que dio origen después al cártel de Sinaloa- junto con Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, pioneros en traficar grandes cantidades de cocaína, en alianza con el fallecido capo colombiano Pablo Escobar.
Ernesto Fonseca y Caro Quintero nacieron en el mismo pueblo de Sinaloa, Badiraguato, cuna también de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Los viejos capos mejoraron los cultivos de amapola y marihuana en los campos del triángulo dorado en la sierra de Sinaloa, Durango y Chihuahua. Fueron ellos, también, quienes empezaron a traficar cocaína de manera masiva a Estados Unidos.
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Pero todo se truncó a principios de 1985; pistoleros del cartel secuestraron a Enrique Camarena en Guadalajara. Camarena integraba el grupo de agentes que la agencia antidroga de Estados Unidos, la DEA, mantenía en la capital jalisciense. Lo torturaron y luego lo mataron. Hicieron lo mismo con Alfredo Zavala, un informante de la agencia.
El cartel se vengaba así de una pérdida millonaria, miles de metros cuadrados de cultivos ilícitos que el Ejército había interceptado gracias a información de la DEA. Detenidos ese mismo año, Caro Quintero y Fonseca pasaron en prisión más de dos décadas hasta que fueron sentenciados.