El uruguayo Luis Almagro, presidente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), activó el Artículo 20 de la Carta Democrática de la OEA —paso sin precedentes ya que ningún titular de la OEA había aplicado este mecanismo antes— con el objetivo de abrir un proceso que podría terminar con la suspensión de Venezuela de la OEA.
Almagro recurrió a ese mecanismo para solicitar una convocatoria de un Consejo Permanente de los Estados miembros para atender a la alteración del orden constitucional y cómo esto afecta el orden democrático en Venezuela.
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Los venezolanos llevan más de 50 días de protestas, que han dejado como resultado 55 manifestantes asesinados durante los enfrentamientos.
El Oslo Freedom Forum (OFF) es una conferencia creada para ser una plataforma para denunciar a gobiernos autoritarios y para dar a conocer cómo defensores de la libertad, desde su trinchera, están desafiando a regímenes autoritarios alrededor del mundo.
PanAm Post tuvo la oportunidad de entrevistar, brevemente, al Secretario General de la OEA en Oslo durante la conferencia.
Almagro fue uno de los conferencistas durante el Oslo Freedom Forum 2017. Durante su conferencia en el OFF Almagro hizo énfasis en la situación venezolana y explicó que ese país tiene el peor gobierno de su historia, uno que ha destruido la vida de los venezolanos.
Señor Secretario, si tuviera adelante al presidente Nicolás Maduro, ¿qué le diría?
Le diría que llame a elecciones inmediatamente, que redemocratice el país, que libere a los presos políticos y que Venezuela se merece un Gobierno legítimo.
De rehusarse Maduro a establecer el orden democrático, ¿qué otras sanciones puede implementar la OEA?
No es un tema de sanciones, piensa que la suspensión son las sanciones. El procedimiento es la sanción, el hecho que un país este en el procedimiento del Artículo 20 es una sanción. El hecho que el país forme parte de la agenda de la Organización es una sanción, el hecho que el país tenga una resolución encima, que reconoce que hay una alteración del orden público y constitucional es una sanción.
Las sanciones tienen una dimensión muy fuerte políticamente y desde el punto de vista ético también y esos son los valores que obviamente defiende la Organización y que a esos nadie puede ser indiferente.
¿Cuáles son los pasos a seguir por Venezuela a raíz de la reunión de cancilleres que se viene?
Los pasos a seguir son seguir asumiendo la agenda de lo que pasa en Venezuela, ese es el tema. En Venezuela hay una alteración del orden constitucional, como ha sido reconocido por los países. Se ha anulado la Asamblea Nacional, se ha coartado al poder judicial, hay torturados. Lo más urgente de Venezuela hoy es terminar con la represión. Lo más urgente que resolver es la terrible situación de la represión. El asesinato de civiles desarmados por salir a protestar pacíficamente es algo que es inaceptable.
Entonces los temas de los ministros es resolver los temas principales de la agenda.
Si la OEA es incapaz de hacer valer la carta democrática, ¿eso fortalecería a Maduro y a otros Gobiernos autoritarios de la región?
No, la OEA ya activo la Carta Democrática. La sanción máxima que prevé la Carta Democrática es la suspensión del país. Venezuela ya hizo una petición para retirarse de la Organización. Pero como te digo, el proceso y el hecho de que el régimen bolivariano tendrá que lidiar con la condena de la comunidad interamericana durante este tiempo, hace imprescindible el restablecimiento del orden democrático.
Si vos ves las dictaduras que pasaron en el cono sur en los años 70 y 80, cayeron en esquemas de condena internacional y el empuje de la gente dentro del propio país, esa es la lógica con las cuales se llega al final de una dictadura.
Si uno ve las sanciones pueden ser funcionales a las caídas de un régimen, como lo fue el apartheid en Sudáfrica, o puede llevar al anquilosamiento de un régimen. Las sanciones deben ser no genéricas.
Y hablando del otro lado del régimen, ¿qué le diría a la oposición?
Siempre mi consejo es igual, tanto para la oposición como para el Gobierno, que escuchen al pueblo. Que no lo dejen al pueblo tirado, que respeten la voluntad del pueblo que respeten la voz del pueblo y que respeten las decisiones que vienen del pueblo.
Hace unos cuantos días el escritor Moises Naim publicó una columna llamada “Maduro no importa”, ¿qué piensa acerca de esa columna?, en ese escrito se califica a Maduro como un títere y se explica que hay toda una estructura de militares corruptos que usted mencionó en su charla durante el Oslo Freedom Forum.
Hay pocas dictaduras personalizadas, tal vez la paraguaya, tal vez las dictaduras tienen varios presidentes. Lo importante en una dictadura no es el dictador, entonces si la discusión fuera el dictador, entonces se cambia de persona y listo y eso es obviamente inadmisible en el esquema de funcionamiento institucional y de redemocratización que se pide para Venezuela. Entonces, creo que el tema no es ese, sino es la dictadura y así es encarado.
¿Pero cómo piensa que se tiene que encarar en Venezuela?
En todas las dictaduras se sale con elecciones, por lo tanto así también se debe de salir en Venezuela, lo que urgentemente le falta a Venezuela, un Gobierno legítimo que le permita recuperar la economía, el aparato productivo. El entramado social del país.
En otro tema, sobre El Salvador, Honduras y Guatemala tiene una complicada realidad con las maras y con una falta de Estado de derecho, ¿cuál sería para la OEA una solución para este tema?
Como en todos los temas de seguridad, no hay una bala de plata, no hay una sola solución ni una sola fórmula, tienes que abordar el problema desde todos los ángulos. Se debe abordar obviamente con mejores condiciones de democracia y democratización, mejores condiciones de equidad. Con más crecimiento económicos y con más trabajo, que resuelvan los temas sociales que puedan existir en el país.
Tratar de asegurarle a la gente que tenga la mayor probabilidad de acceso a derechos y a acceso a justicia.
Todos estos elementos y algunos más son los que el problema de esos países, es un enfoque integral para resolver el tema de una forma integral y no pensando que determinada solución me resuelve todo.
¿La OEA apoyará una tregua con pandilleros así como se hizo el apoyo de Insulza en su momento?
No.
¿Por qué?
Porque ningún Estado, ninguna organización puede negociar con la delincuencia, sino se desvirtúa completamente el propósito del funcionamiento del Estado y el propósito del funcionamiento de los organismos internacionales.
Si quieren que la OEA trabaje en un esquema en los campos que te mencioné antes, fantástico, la OEA va a trabajar en esos proyectos en los campos que señalé. Pero una negociación con delincuentes no es admisible meter a la Organización en eso.