EnglishEl sábado 28 de diciembre del 2013 el diario ecuatoriano El Universo publicó una caricatura de Xavier Bonilla sobre el allanamiento a la casa de Fernando Villavicencio, un ex sindicalista petrolero y asesor legislativo. El caricaturista Bonilla tituló su ilustración como “Policía y Fiscalía allanan domicilio de Fernando Villavicencio y se llevan documentación de denuncias de corrupción”.
Fernando Villavicencio está siendo investigado por la Fiscalía por una denuncia de espionaje y hackeo a las cuentas de altos funcionarios del gobierno, la cual hasta el momento del allanamiento no era conocida por él; además, tenía un proceso civil seguido por el presidente Rafael Correa.
La Fiscalía ingresó a la casa y se llevó las computadoras y dispositivos electrónicos de Villavicencio, buscando evidencia para la investigación. Casualmente, Villavicencio junto con el asambleísta Cléver Jiménez habían denunciado irregularidades y actos de corrupción del gobierno, especialmente en materia petrolera; y aseguran contar con más información para difundirla.
El presidente Correa consideró que el título de la caricatura era una afirmación y por lo tanto tendría que ser real y comprobable para que pueda aparecer en un medio de comunicación. Así, durante la última parte del enlace ciudadano del 4 de enero de 2014, el presidente se refirió a la caricatura y señaló que Bonilla debería demostrar lo que indica en el gráfico y que, además, presentaría una denuncia en su contra.
El gobierno acciona contra Bonilla
No hizo falta que el presidente presente la denuncia, como afirmó que haría. La Superintendencia de Información y Comunicación no tardó en iniciar de oficio la investigación, cuya resolución fue emitida el pasado 31 de enero.
La Superintendencia ordenó a Bonilla rectificar el texto de la parte inferior de la caricatura, mientras que impuso al diario El Universo una multa correspondiente al 2% de la facturación media de los últimos tres meses. El medio de comunicación fue condenado bajo el cargo de haber tomado posición sobre la culpabilidad o inocencia de una persona que está siendo investigada, como es Villavicencio; y que al publicar la caricatura, aunque ésta se encuentre bajo la sección de opiniones, es responsable de la información que transmite.
No está claro, sin embargo, qué posición tomó El Universo (ni Xavier Bonilla) al publicar la caricatura, pues de ella no se concluye la inocencia o culpabilidad de Villavicencio.
El Presidente Correa, durante su enlace del sábado 1 de febrero mostró su respaldo a la resolución e indicó: “Claramente este señor (Bonilla) está mintiendo, aquí no se está combatiendo la caricatura, el humor, como falsamente la prensa quiere posicionar, estamos combatiendo la mentira, la corrupción”.
La caricatura es una expresión humorística de un hecho y no una fuente de información. El objeto de la misma es en sí la exageración de una realidad, por lo que la orden de rectificación parece no tener sentido. Ordenándose la rectificación se trasgreden las bases de la caricatura, pretendiéndola convertir en un simple gráfico que relate noticias.
Un gráfico de humor no debería ser objeto de control y mucho menos se puede pretender que lo que en él se plasme sea real y comprobable.
Antecedentes de demandas contra El Universo
Si bien es cierto que ésta es la primera resolución que emite la Superintendencia sobre la base de la nueva Ley de Comunicación que recientemente se aprobó en el país, el diario El Universo ya ha sido condenado anteriormente al pago de multas por las opiniones que publica. El caso más sonado fue la demanda por injurias que Correa inició en contra del diario y el columnista Emilio Palacios a razón de su artículo No más mentiras.
El Universo ha tenido que enfrentar estos procesos por no censurar las opiniones que publica, lo cual ha generado un estado de tensión no solo en el medio sino en la prensa en general, que debe restringir el contenido de los artículos cada vez más.
Ecuador ya ha estado en la mira de la comunidad internacional en numerosas ocasiones por las limitaciones a la libertad de expresión que se han dado durante el gobierno de Rafael Correa y especialmente por la aprobación en junio del 2013 de la Ley de Comunicación. Conocida como “ley mordaza” por las serie de restricciones y controles que contempla esta nueva ley, entre otras cosas prohíbe omitir o dejar de publicar información que las autoridades consideren de interés público, y obliga también a los medios a circular exclusivamente información “verificada, contrastada, precisa y contextualizada”.
El proceso contra Bonilla será un precedente más para que los medios de comunicación limiten la información que publican, y con ello se callen opiniones – especialmente aquellas que no favorecen al gobierno. La persistencia de Correa para perseguir a los columnistas e investigadores ya no sorprende a nadie; quizás, lo que no sospechábamos era que hasta el humor de un caricaturista iba a ser objeto de censura.